Pedro es un padre de familia con dos hijos, y nos cuenta como la fe le ha ayudado a afrontar la muerte de sus padres y la grave enfermedad de su hijo pequeño, que sufre Síndrome de Angelman. Él no se pregunta porqué le suceden las cosas, confía en que el Señor no le suelta de la mano, su vida es un testimonio de esperanza ante la adversidad, siendo Dios el que va marcando su camino día a día.
A los nueve años diagnosticaron a Paola anorexia nerviosa, que sufrió durante once años hasta que Dios le abrió los ojos a través de las palabras de un sacerdote que le desmontó las mentiras que la tenían prisionera y le presentó el rostro de Cristo vivo. Paola nos cuenta su camino de liberación y como está ayudando a otros a descubrir la obra de Dios en sus vidas a través del tesoro que es nuestro cuerpo.