Seguimos con la meditación del 10 de abril de 1938, titulada “Domingo de Ramos”. Lo primero que cabe destacar es que para el Hno. Rafael el amor a Dios y la vanidad son incompatibles, porque el amar a Dios es desear que siempre se cumpla su Voluntad, y porque Dios lo que desea es que seamos felices, y realmente Dios es el que sabe que nos hace totalmente, y para siempre, felices. También comenta que no tiene director espiritual, pero que lo está deseando porque como dice el dicho monástico "el que obedece no se equivoca". Al final de la meditación nos habla del deseo de llevar la cogulla, pero desde el punto de vista de que es solo vanidad, porque se siente indigno de llevarla.
En la segunda parte leeremos la meditación de fecha 12 de abril de 1938 y titulada “Martes santo”. Continua con la idea de que teniendo a Dios y su amor, no le hace falta nada más, y que ese amor transforma las espinas en rosas.
Terminamos con la clásica oración del Hno. Rafael, en esta caso con la titulada “Soy un pobre pecador”