EL SEÑOR ENVÍA AL PREOFETA ELÍAS:
Cuando la arrogancia de Ajab y Jezabel ha alcanzado su clímax, Dios envía al profeta Elías. Jezabel se había designado a sí misma ministro de Baal, a quien predicaba como el dios supremo, es decir, como el señor de los cielos y de los infiernos, y, por tanto, como el dios que enviaba las lluvias y daba la fertilidad de los campos. Por eso Elías increpa a Ajab y a Jezabel amenazándoles de alzar sobre ellos un cielo de hierro y bajo ellos una tierra de bronce. Tras el oráculo del profeta, que supone la descalificación radical del culto a Baal, el Señor ordena a Elías ocultarse en el torrente Querit y, más tarde, en Sarepta donde es alimentado por una pobre viuda que vive con su hijo.
Torrente Querit
EL SEÑOR ENVÍA AL PREOFETA ELÍAS:
Cuando la arrogancia de Ajab y Jezabel ha alcanzado su clímax, Dios envía al profeta Elías. Jezabel se había designado a sí misma ministro de Baal, a quien predicaba como el dios supremo, es decir, como el señor de los cielos y de los infiernos, y, por tanto, como el dios que enviaba las lluvias y daba la fertilidad de los campos. Por eso Elías increpa a Ajab y a Jezabel amenazándoles de alzar sobre ellos un cielo de hierro y bajo ellos una tierra de bronce. Tras el oráculo del profeta, que supone la descalificación radical del culto a Baal, el Señor ordena a Elías ocultarse en el torrente Querit y, más tarde, en Sarepta donde es alimentado por una pobre viuda que vive con su hijo.