Gracias, gracias y gracias

Y de nuevo, gracias a tu colaboración, el agua se convirtió en el vino mejor...

La voz del director

Por:
P. Luis Fernando de Prada
19-05-2022

Más que ningún otro año, parecía que esta Mariathon de 2022 no iba a alcanzar sus objetivos. La crisis económica y laboral cada vez pesa más, y percibíamos menos llamadas y donativos que otros años en esta carrera de amor misionero que en cada mes de mayo corremos de la mano de María.

Tras haber conseguido el miércoles 11 recaudar 150.000 € para nuestros hermanos de Radio María Nicaragua, que viven una delicada situación social y económica, el jueves 12 a las 11 de la noche faltaban cerca de 40.000 € para cubrir el segundo proyecto, el del Centro de formación en Kibeho para los sacerdotes directores de Radio María en el continente africano, estimado en 250.000 €; y aún nos quedaba el proyecto más ambicioso, 400.000 € para iniciar las emisiones de la radio de la Virgen en el Líbano. Todo hacía presagiar que iba a ser una misión imposible. Sin embargo, seguíamos confiando y pidiendo a la Virgen de Fátima que hiciera el milagro.

Y así ocurrió: a las 23.10 de esa noche, a punto de comenzar el 13 de mayo, un donante llamó para aportar todo lo que faltaba para Kibeho. Y desde ese momento, comenzó una auténtica cascada de llamadas, testimonios y donativos, que durante la fiesta de la Virgen de Fátima fueron constantes, con las únicas pausas de los momentos de oración, especialmente la retransmisión del santo Rosario desde su santuario portugués, que realizamos en conexión mundial todas las RM de los cinco continentes. Una auténtica locura de amor a María y a nuestros hermanos del Líbano, a los que queríamos regalar la Esperanza que la Virgen infunde a través de su Radio.

Y así siguió la Mariathon hasta el lunes 16, con un final de carrera de miles de llamadas, y una colecta que había superado lo que nos pedían para los 3 proyectos: 800.000 €.

¿Qué había ocurrido? De nuevo, el milagro de Caná: María le habló a Jesús de las necesidades de sus hijos, y a nosotros nos pidió que nos fiáramos de Él, que nos mandó llenar las tinajas de agua. Así lo hicimos entre todos: unos, al micro; otros, al teléfono; muchos, orando, incluidas las religiosas del santuario ruandés de Kibeho; otros, aportando sus donativos, desde 1 euro a 36.000; desde niños que aportaban sus ahorros o los regalos de su Comunión, hasta ancianos y enfermos, personas en paro, una chica ciega con síndrome de Down, obreros que escuchan la radio en su obra, un agricultor desde su tractor…; nadie quería quedarse sin coger su relevo en esta carrera. Y de nuevo el Señor Jesús, por intercesión de su Madre, convirtió el agua que unos y otros ponían en sus tinajas, en el vino mejor de la caridad misionera que permitirá a RM extenderse en Nicaragua, Líbano y Ruanda (con proyección en todo el continente africano).

¿Termina aquí nuestra carrera radiofónica mariana? Ciertamente, no. Tras ayudar a esos países más pobres que nosotros, recordamos que existe en Occidente una pobreza peor: la desesperanza de las vidas sin horizonte, las heridas que genera el desamor y la infidelidad, la soledad y el abandono, la exclusión de los descartados de nuestra sociedad…; consecuencias sociales y morales en último término del abandono de Dios por parte de una sociedad que, al perder la fe, ha perdido lo que mejor sentido puede dar a la vida. Por ello, también nuestra España necesita que las ondas de la Radio de María lleven a todos a ese Jesús que la Virgen portaba en sus entrañas al visitar a Isabel.

El mes de mayo termina con esa fiesta de la Visitación. Si el 13 de mayo fue el momento crucial de nuestra Mariathon, le pedimos ahora a María que en ese día 31 podamos ofrecerle otra etapa de esta carrera evangelizadora, intensificando nuestra oración, hablando a los demás de RM, animando a aportar donativos, pequeños o grandes (en realidad no hay ninguno pequeño, por el gran amor y cariño con que los ofrecéis), de manera que la Virgen pueda renovar su Visitación llevando la alegría de su Hijo a todos los rincones de nuestra tierra, que ya es también país de misión. Estamos seguros de que también en esta última etapa de la Campaña de mayo cada uno hará lo posible por llenar sus tinajas de agua. Jesús y María harán el resto. Y de su mano, celebraremos Pentecostés y el mes de junio, mes del Corpus Christi y del Corazón de Jesús, del que procede todo bien.

Esa es nuestra confianza, para ahora y el porvenir. Pues hemos aprendido que quien reza no tiene miedo al futuro.

Con mi bendición,

Firma del Director

La voz del director

Por:
P. Luis Fernando de Prada