Nos esperan en Belén

Hay encuentros que cambian la vida, como los de los conversos con Dios. Y encuentros que cambian la Historia: ante todo, el de Cristo con la Humanidad en Belén. Y tú, ¿estás preparándote para tu encuentro?

La voz del director

Por:
P. Luis Fernando de Prada
26-11-2022

El gran guitarrista murciano Narciso Yepes (1927-1997) contó en una entrevista cómo durante veinticinco años «no practicaba ni creía, ni me preocupaba lo más mínimo que hubiera o no una vida espiritual y una trascendencia y un más allá. Dios no contaba en mi existencia». Sin embargo, la mañana del 18 de mayo de 1951, en París, «pude saber que yo siempre había contado para Él. Acodado en un puente del Sena, de pronto, lo escuché dentro de mí: “¿Qué estás haciendo?” No sólo se hizo oír, sino que entró de lleno y para siempre en mi vida». Yepes hizo su primera Comunión con 25 años. Y «desde aquel momento nunca he dejado de saber que soy hijo de Dios. Un hombre con una cita de eternidad que se va tejiendo y recorriendo ya aquí en compañía de Dios».

Sí, todos tenemos una cita con Dios, que bajó del Cielo a la Tierra para encontrarse con nosotros: María, José, pastores, Simeón, Ana…, y a través de la Iglesia, con todos los hombres. Eso sí, podemos cerrar nuestras puertas -como hizo la posada de Belén-, o ir a su encuentro. El mismo Yepes reconocía: «Quizás me había llamado ya en otras ocasiones, pero yo no le había oído. Aquel día yo tenía la puerta abierta… Y Dios pudo entrar».

Veinte siglos antes, unos magos de Oriente se encontraron también con Cristo. El Papa Francisco se preguntaba en la Epifanía de este año que termina dónde nace esta sana inquietud que los llevó a peregrinar, y respondía: «Nace del deseo. Este es su secreto interior: saber desear. Desear significa mantener vivo el fuego que arde dentro de nosotros y que nos impulsa a buscar más allá de lo inmediato, más allá de lo visible. Su corazón está inflamado por la nostalgia de nuevos horizontes. Sus ojos no se dirigen a la tierra, sino que son ventanas abiertas al cielo».

Habrían de pasar más de treinta años para que otros hombres se encontraran también con Jesús, ya adulto: «Hemos encontrado al Mesías», exclamarán jubilosos Andrés a Pedro y Felipe a Natanael. El fuego que Jesús vino a encender en la Tierra seguía extendiéndose. Y siglos después, esa Buena Noticia ha llegado a nosotros.

¿Iremos a su encuentro como los pastores, los magos, los apóstoles? ¿Compartiremos con todos los hombres la alegría del Tesoro aparecido en un pesebre de Belén, escondido en la vida oculta de Nazaret, proclamado en los campos de Galilea, crucificado y resucitado en Jerusalén? ¿Colaboraremos en la misión evangelizadora de la Iglesia, o nos quedaremos apoltronados en la omisión que deja siempre a otros la tarea apostólica?

Radio María nació para responder a esa llamada misionera, prolongando a través de sus ondas el anuncio gozoso de los ángeles de Belén: nos ha nacido el Salvador, el Mesías, el Señor. Un año más, os agradecemos a todos los que nos ayudáis a hacer posible esta misión. Y pedimos a la Santísima Virgen María que este bello tiempo litúrgico renueve en todos el deseo de conocer, amar, seguir y testimoniar a su Hijo.

«Y al ir así, día tras día, tendremos la certeza de que incluso en las noches más oscuras brilla una estrella. Es la estrella del Señor, que viene a hacerse cargo de nuestra frágil humanidad. Caminemos a su encuentro. Como los magos, alcemos la cabeza, escuchemos el deseo del corazón, sigamos la estrella que Dios hace resplandecer sobre nosotros. Y como buscadores inquietos, permanezcamos abiertos a las sorpresas de Dios. Hermanos y hermanas, soñemos, busquemos, adoremos» (Francisco, 6-1-2022).

            ¡Santo y feliz tiempo de Adviento!

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La voz del director

Por:
P. Luis Fernando de Prada