Si pensamos que el problema de fondo de la crisis autodestructiva que viven los matrimonios es simplemente una cuestión de justicia, nos equivocamos. En realidad anhelamos mucho más que la ecuanimidad, deseamos vivir juntos en comunión, y eso implica una actitud distinta a la huida ante la cruz que me supone el otro: debemos tomar la cruz y abrazarla. Se trata de una misión inscrita en el
corazón humano, como pone de manifiesto la historia de Plutarco de Queronea y Timóxena, un matrimonio griego del siglo I. En la tertulia conversamos sobre este gran desafío con Nacho Rodríguez y Silvia Álvarez, un matrimonio dispuesto a abrazar la Cruz y no conformarse con los criterios que les propone el mundo.