La experiencia de Dios. La oración colecta de la Misa de la primera semana del tiempo ordinario es preciosa, no tiene desperdicio, dice: “Te pedimos Señor, que atiendas con tu bondad los deseos del pueblo que te suplica, para que vea lo tiene que hacer y reciba la fuerza necesaria para cumplirlo…”. En la liturgia, en esta primera semana del tiempo ordinario, descubrimos distintos encuentros de personas concretas como tú y como yo con el Señor. Nos presenta la vocación de los primeros discípulos, los apóstoles. También nos presenta un día en la vida de Jesús y la actividad apostólica del Señor en la que sabe compaginar oración y acción… no es una frenesí de actividad porque Jesús nos enseña ese equilibrio tan importante en la vida, también hay que aprender a parar, para buscar esos momentos de silencio, de oración, de adoración, de escucha atenta de la Palabra de Dios… Ayer la curación de un leproso con una oración preciosa: “Señor, si quieres”… Hoy el Evangelio de la Misa nos presentan la fe de unos amigos que hacen hasta lo imposible para presentar su amigo a Jesús… me impresiona, eso sí que es amistad, querer lo mejor y lo mejor para el otro es presentarle a Jesús, el Señor quiere, pide mi colaboración dentro del plan de salvación.