La palabra del Señor es llamada a la esperanza, a la confianza. Partimos del hecho que nuestro mundo nos ha hecho desconfiados, nos cuesta confiar en los demás pues siempre estamos mirando a ver si no nos van a engañar. Hoy más que nunca los cristianos tenemos que lanzar un mensaje de esperanza y de confianza en Dios a los que nos rodean.