San Francisco de Asís nos presenta su decimoquinta admonición titulada La Paz. Tomando la cita de las bienaventuranzas de Mateo, amonesta a los hermanos menores a ser pacíficos y a descubrir en las dificultades la paz que tenemos. Esta admonición se relaciona con otras ya estudiadas como la misma virtud de la paz se relaciona con la paciencia y otras. Santa Clara nos muestra la fidelidad al don de la vocación que viene de Dios y, en su caso particular, de la mano de San Francisco. En este punto del texto recuerda cuando Francisco reparaba la Iglesia de San Damián y el Señor le revela que llegaría un día que aquel lugar sería morada de unas santas damas.