San Francisco de Asís nos presenta el final de las Admoniciones y no puede ser de otra manera que con la Admonición 29 titulada La verdadera alegría. ¿Quieres saber si vives los frutos del Espíritu? Ve y valora tu alegría. San Francisco nos muestra que la Verdadera Alegría es aquella en la que el hermano, lejos de perder la paz por distintos motivos, es capaz de acoger, valorar, soportar, perdonar… y amar en la clave evangélica. No podemos separar esta Admonición de las anteriores porque supone la perfección y el grado máximo de todas ellas. Santa Clara de Asís se convierte en la hermana menor que ha sabido vivir la perfecta alegría en grado sumo en todos los momentos de la vida. Ella es certificación de que se puede vivir el espíritu franciscano al cien por cien y se muestra intercesora eficaz para que nosotros lo consigamos.