En primer lugar vamos a comentar la carta de 29 de noviembre de 1937, dirigida a su maestro de novicios, Francisco Díez Martínez, solicitando su reingreso en la Trapa, y que leíamos en el programa de la semana pasada. San Rafael tiene ansias por volver al monasterio. Ha sido declarado inútil para alistarse a la guerra, se ve enfermo y reconoce la prueba que está sufriendo, y es que cuantas más altas sean las cimas a las que nos llame el Señor, mayores serán las pruebas que envíe el Señor, por tanto debemos pedir el auxilio de Dios y Su Sta. Madre, pero a pesar de esas pruebas, de la enfermedad, se pone en manos de Dios, porque solo quiere amar a Dios.
En la segunda parte vamos a leer la carta de fecha 1 de diciembre de 1937, y dirigida al hno. Luis Tercelino Arribas, pero previamente leeremos unas notas a pie de página, muy importantes para entender el entorno en que nos movemos y como el Hno. Rafael fue adquiriendo virtudes como paciencia, mansedumbre y la caridad heroica.
Terminamos con la oración del “Hno. Rafael de cada semana, en esta ocasión con la titulada “Voto de amar siempre a Jesús”
Amar las pruebas
NoSeguimos con el comentario de la carta del 3 de septiembre. Cabe destacar lo que dice el Hno. Rafael sobre las pruebas que nos manda El Señor, y de cómo los hombres nos sublevamos con Dios, porque lo que buscamos en un Dios que nos consuele y nos haga la vida fácil. “Santo quieres ser, tu hermanos te lo van a hacer”. Deberíamos amar las pruebas que Dios, las que la voluntad de Dios nos envíe.
Cuando tengamos pena por la vida pasada, dejemos todo a la misericordia de Dios, porque ya pasó, y los pecados ya nos los perdonó y olvidó para siempre.
En la segunda parte del programa plantearemos varios temas: El miedo a la muerte que tiene la gente en la actualidad, y como se aferra a esta vida como si no hubiese una vida eterna. Pidamos fe en esa vida eterna. También veremos la importancia de celebrar la eucaristía diariamente, comulgando en ella, tener tiempo de oración ante el sagrario y rezar todos lo días el Rosario. Y por fin la importancia del confesor habitual o del director espiritual.
Terminaremos con la lectura parcial de la carta P. Vicente Pardo Feliú, del 3 de septiembre de 1934, en la que el Hno. Rafael le habla del estado de su enfermedad; para finalizar con la oración “Amar a Dios y al prójimo”.
En primer lugar vamos a comentar la carta de 29 de noviembre de 1937, dirigida a su maestro de novicios, Francisco Díez Martínez, solicitando su reingreso en la Trapa, y que leíamos en el programa de la semana pasada. San Rafael tiene ansias por volver al monasterio. Ha sido declarado inútil para alistarse a la guerra, se ve enfermo y reconoce la prueba que está sufriendo, y es que cuantas más altas sean las cimas a las que nos llame el Señor, mayores serán las pruebas que envíe el Señor, por tanto debemos pedir el auxilio de Dios y Su Sta. Madre, pero a pesar de esas pruebas, de la enfermedad, se pone en manos de Dios, porque solo quiere amar a Dios.
En la segunda parte vamos a leer la carta de fecha 1 de diciembre de 1937, y dirigida al hno. Luis Tercelino Arribas, pero previamente leeremos unas notas a pie de página, muy importantes para entender el entorno en que nos movemos y como el Hno. Rafael fue adquiriendo virtudes como paciencia, mansedumbre y la caridad heroica.
Terminamos con la oración del “Hno. Rafael de cada semana, en esta ocasión con la titulada “Voto de amar siempre a Jesús”
NoSeguimos con el comentario de la carta del 3 de septiembre. Cabe destacar lo que dice el Hno. Rafael sobre las pruebas que nos manda El Señor, y de cómo los hombres nos sublevamos con Dios, porque lo que buscamos en un Dios que nos consuele y nos haga la vida fácil. “Santo quieres ser, tu hermanos te lo van a hacer”. Deberíamos amar las pruebas que Dios, las que la voluntad de Dios nos envíe.
Cuando tengamos pena por la vida pasada, dejemos todo a la misericordia de Dios, porque ya pasó, y los pecados ya nos los perdonó y olvidó para siempre.
En la segunda parte del programa plantearemos varios temas: El miedo a la muerte que tiene la gente en la actualidad, y como se aferra a esta vida como si no hubiese una vida eterna. Pidamos fe en esa vida eterna. También veremos la importancia de celebrar la eucaristía diariamente, comulgando en ella, tener tiempo de oración ante el sagrario y rezar todos lo días el Rosario. Y por fin la importancia del confesor habitual o del director espiritual.
Terminaremos con la lectura parcial de la carta P. Vicente Pardo Feliú, del 3 de septiembre de 1934, en la que el Hno. Rafael le habla del estado de su enfermedad; para finalizar con la oración “Amar a Dios y al prójimo”.
