La Cuaresma es tiempo de arrepentimiento. Quizá a nosotros esta llamada al arrepentimiento, podría parecernos un poco extraña, un poco particular, porque podríamos pensar: ¿de qué tengo yo que arrepentirme?
Arrepentimiento

1490 (cont.)-1491: Resumen de lo tratado (4): Completamos el comentario del n. 1490 (junto al n. 230 del Youcat), y pasamos al n. 1491 (con los nn. 231-232 del Youcat), que nos recuerdan los actos esenciales del sacramento de la Penitencia: arrepentimiento (supuesto un examen de conciencia), confesión, propósito de realizar la satisfacción impuesta, y absolución del sacerdote.- Vida de S. Juan de la Cruz (68).

1452 (cont.): La contrición perfecta: Seguimos comentando el n. 1452 (con el marginal 1822), que nos habla de la “contrición perfecta” o “de caridad”, un arrepentimiento que brota del amor de benevolencia a Dios sobre todas las cosas (“por ser Vos quien sois, bondad infinita”). Esta contrición perdona las faltas veniales, y también los pecados mortales si incluye el propósito firme de confesarse.- Vida de S. Juan de la Cruz (17).

1453 (cont.): La atrición y el temor de las penas: Proseguimos el comentario del n. 1453 explicando las características de la atrición, un arrepentimiento que nace más bien de la consideración de la fealdad del pecado y del temor a sus penas, pero que puede ser el comienzo de una evolución interior que culmina, bajo la acción de la gracia, en la absolución sacramental, que perdona los pecados graves.- Vida de S. Juan de la Cruz (19).

Seguimos comentando el n. 1451 (con el marginal 431), y señalamos las características que debe tener la contrición: verdadera, sobrenatural, apreciativamente máxima; incluye el dolor espiritual de todos los pecados graves, detestación de los mismos como ofensa a Dios, propósito firme, eficaz y universal de no pecar, y propósito de confesarse. Y comenzamos el comentario del 1452, que nos habla de la contrición perfecta o de caridad.- Vida de S. Juan de la Cruz (16).

1452 (cont.)-1453: Cualidades y efectos de la contrición, perfecta e imperfecta: Concluimos el comentario del n. 1452, explicando las cualidades de la contrición, tal como las exponía el P. Royo Marín: interna, explícita, sobrenatural, suma, universal... Y pasamos al n. 1453, que nos habla de la contrición imperfecta o atrición.- Vida de S. Juan de la Cruz (18).

1450-1451: Los actos del penitente; el primero, la contrición: Comentamos el n. 1450, que sintetiza los actos del penitente con una frase del Catecismo Romano: “en su corazón, contrición; en la boca, confesión; en la obra, toda humildad y fructífera satisfacción”. Y pasamos al 1451, que describe la contrición con palabras del Concilio de Trento: “un dolor del alma y una detestación del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar”.- Vida de S. Juan de la Cruz (15).
Dame de beber nº 60- Conversión y penitencia-II. Virtud específica de la penitencia (metanoia-conversión): actos que la integran. Examen de conciencia. Arrepentimiento. Propósito de la enmienda.

1430: Conversión del corazón, penitencia interior y exterior: El n. 1430 (con el marginal 1098) nos recuerda que la llamada de Jesús a la conversión se dirige ante todo al corazón del hombre, y así tiene sentido la expresión de ese arrepentimiento interior en obras de penitencia exterior.- La Cuaresma y Miércoles de Ceniza.

1428-1429: Llamada a la segunda conversión de los cristianos: El n. 1428 (con los marginales 1036, 853 y 1996) nos habla de la necesidad de conversión constante en nuestra vida, un esfuerzo que solo podemos realizar con la gracia de Dios, para responder al amor misericordioso divino. El n. 1429 nos pone de ejemplo de segunda conversión la de S. Pedro tras sus negaciones.- Familia de Sta. Teresita (86).
El Padre Pío nos enseña a vivir en humildad. Vivir en la humildad de lo que uno es. Confía, espera y no te preocupes. Humíllate con el pensamiento muy dulce de estar en los brazos divinos de Jesús (Padre Pío)
1.) Lunes XXXII del Tiempo Ordinario;
2.) Lecturas: Tt 1, 1-9; Sal 23, 1b-6;
3.) Evangelio: Lc 17, 1-6 «Si siete veces en un día vuelve a decirte: "Me arrepiento", lo perdonarás»
La Cuaresma es tiempo de arrepentimiento. Quizá a nosotros esta llamada al arrepentimiento, podría parecernos un poco extraña, un poco particular, porque podríamos pensar: ¿de qué tengo yo que arrepentirme?

1490 (cont.)-1491: Resumen de lo tratado (4): Completamos el comentario del n. 1490 (junto al n. 230 del Youcat), y pasamos al n. 1491 (con los nn. 231-232 del Youcat), que nos recuerdan los actos esenciales del sacramento de la Penitencia: arrepentimiento (supuesto un examen de conciencia), confesión, propósito de realizar la satisfacción impuesta, y absolución del sacerdote.- Vida de S. Juan de la Cruz (68).

1452 (cont.): La contrición perfecta: Seguimos comentando el n. 1452 (con el marginal 1822), que nos habla de la “contrición perfecta” o “de caridad”, un arrepentimiento que brota del amor de benevolencia a Dios sobre todas las cosas (“por ser Vos quien sois, bondad infinita”). Esta contrición perdona las faltas veniales, y también los pecados mortales si incluye el propósito firme de confesarse.- Vida de S. Juan de la Cruz (17).

1453 (cont.): La atrición y el temor de las penas: Proseguimos el comentario del n. 1453 explicando las características de la atrición, un arrepentimiento que nace más bien de la consideración de la fealdad del pecado y del temor a sus penas, pero que puede ser el comienzo de una evolución interior que culmina, bajo la acción de la gracia, en la absolución sacramental, que perdona los pecados graves.- Vida de S. Juan de la Cruz (19).

Seguimos comentando el n. 1451 (con el marginal 431), y señalamos las características que debe tener la contrición: verdadera, sobrenatural, apreciativamente máxima; incluye el dolor espiritual de todos los pecados graves, detestación de los mismos como ofensa a Dios, propósito firme, eficaz y universal de no pecar, y propósito de confesarse. Y comenzamos el comentario del 1452, que nos habla de la contrición perfecta o de caridad.- Vida de S. Juan de la Cruz (16).

1452 (cont.)-1453: Cualidades y efectos de la contrición, perfecta e imperfecta: Concluimos el comentario del n. 1452, explicando las cualidades de la contrición, tal como las exponía el P. Royo Marín: interna, explícita, sobrenatural, suma, universal... Y pasamos al n. 1453, que nos habla de la contrición imperfecta o atrición.- Vida de S. Juan de la Cruz (18).

1450-1451: Los actos del penitente; el primero, la contrición: Comentamos el n. 1450, que sintetiza los actos del penitente con una frase del Catecismo Romano: “en su corazón, contrición; en la boca, confesión; en la obra, toda humildad y fructífera satisfacción”. Y pasamos al 1451, que describe la contrición con palabras del Concilio de Trento: “un dolor del alma y una detestación del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar”.- Vida de S. Juan de la Cruz (15).
Dame de beber nº 60- Conversión y penitencia-II. Virtud específica de la penitencia (metanoia-conversión): actos que la integran. Examen de conciencia. Arrepentimiento. Propósito de la enmienda.

1430: Conversión del corazón, penitencia interior y exterior: El n. 1430 (con el marginal 1098) nos recuerda que la llamada de Jesús a la conversión se dirige ante todo al corazón del hombre, y así tiene sentido la expresión de ese arrepentimiento interior en obras de penitencia exterior.- La Cuaresma y Miércoles de Ceniza.

1428-1429: Llamada a la segunda conversión de los cristianos: El n. 1428 (con los marginales 1036, 853 y 1996) nos habla de la necesidad de conversión constante en nuestra vida, un esfuerzo que solo podemos realizar con la gracia de Dios, para responder al amor misericordioso divino. El n. 1429 nos pone de ejemplo de segunda conversión la de S. Pedro tras sus negaciones.- Familia de Sta. Teresita (86).
El Padre Pío nos enseña a vivir en humildad. Vivir en la humildad de lo que uno es. Confía, espera y no te preocupes. Humíllate con el pensamiento muy dulce de estar en los brazos divinos de Jesús (Padre Pío)
1.) Lunes XXXII del Tiempo Ordinario;
2.) Lecturas: Tt 1, 1-9; Sal 23, 1b-6;
3.) Evangelio: Lc 17, 1-6 «Si siete veces en un día vuelve a decirte: "Me arrepiento", lo perdonarás»