El Padre Pío nos enseña cómo la Palabra de Dios es viva y eficaz y nos ayuda en la adversidad.
Enseñanzas del Padre Pío
El Padre Pío me enseña que para tener una verdadera vida espiritual es necesario aceptar que todo lo que sucede en mi vida es para el bien de aquellos que aman a Dios. Jesús puede sacarme de mi sepulcro y de mi muerte. Lo que era mi ruina, Él lo ha hecho mi salvación.
Imitad a Jesús en la caridad, porque él reconoce como suyos sólo a los que conservan celosamente esta preciosa margarita; como decía San Pablo, es «vínculo de perfección». (Padre Pío)
El P. Pío nos enseña en este programa a amarnos mirándonos como el Señor nos mira. Al igual que nos recuerda que la caridad es la primera virtud para alcanzar la perfección cristiana.
Levántate, pues, Señor, una vez más y líbrame ante todo de mí mismo; y no permitas que se pierda aquel a quien con tanto cuidado y urgencia has vuelto a llamar y has arrancado de un mundo que no es tuyo. Levántate, pues, Señor, una vez más y confirma en tu gracia a los que me has confiado; y no permitas que ninguno llegue a perderse abandonando el redil.
¡Oh Dios, oh Dios!... No permitas que se pierda tu heredad. ¡Oh Dios!, manifiéstate cada vez más a mi pobre corazón y completa en mí la obra que ya has comenzado.
Oigo en mi interior una voz que de continuo me grita: Santifícate y santifica. Pues, bien, queridísima mía, yo lo quiero, pero no sé por dónde comenzar.
Ayúdame también tú; sé que Jesús te quiere mucho y tú lo mereces. (Padre Pío)
La prueba es una renuncia a mi voluntad para hacer la voluntad de Dios. El Padre Pío nos enseña a vivir en la providencia dejando que Él cuide de nosotros.
Cuando aprendes a dejar tu confianza en Aquel que te ama, vives tu cruz con paz en el corazón porque sabes que, aún en la fragilidad, nunca deja de amarte.
Cuando la cruz llega a tu vida agárrate a ella, porque en ella está Cristo que te va a sacar de tu bajeza para salvarte.
El Padre Pío nos enseña cómo la Palabra de Dios es viva y eficaz y nos ayuda en la adversidad.
El Padre Pío me enseña que para tener una verdadera vida espiritual es necesario aceptar que todo lo que sucede en mi vida es para el bien de aquellos que aman a Dios. Jesús puede sacarme de mi sepulcro y de mi muerte. Lo que era mi ruina, Él lo ha hecho mi salvación.
Imitad a Jesús en la caridad, porque él reconoce como suyos sólo a los que conservan celosamente esta preciosa margarita; como decía San Pablo, es «vínculo de perfección». (Padre Pío)
El P. Pío nos enseña en este programa a amarnos mirándonos como el Señor nos mira. Al igual que nos recuerda que la caridad es la primera virtud para alcanzar la perfección cristiana.
Levántate, pues, Señor, una vez más y líbrame ante todo de mí mismo; y no permitas que se pierda aquel a quien con tanto cuidado y urgencia has vuelto a llamar y has arrancado de un mundo que no es tuyo. Levántate, pues, Señor, una vez más y confirma en tu gracia a los que me has confiado; y no permitas que ninguno llegue a perderse abandonando el redil.
¡Oh Dios, oh Dios!... No permitas que se pierda tu heredad. ¡Oh Dios!, manifiéstate cada vez más a mi pobre corazón y completa en mí la obra que ya has comenzado.
Oigo en mi interior una voz que de continuo me grita: Santifícate y santifica. Pues, bien, queridísima mía, yo lo quiero, pero no sé por dónde comenzar.
Ayúdame también tú; sé que Jesús te quiere mucho y tú lo mereces. (Padre Pío)
La prueba es una renuncia a mi voluntad para hacer la voluntad de Dios. El Padre Pío nos enseña a vivir en la providencia dejando que Él cuide de nosotros.
Cuando aprendes a dejar tu confianza en Aquel que te ama, vives tu cruz con paz en el corazón porque sabes que, aún en la fragilidad, nunca deja de amarte.
Cuando la cruz llega a tu vida agárrate a ella, porque en ella está Cristo que te va a sacar de tu bajeza para salvarte.