Punto 201: ¿Cuál es la raíz teológica del bien común?
Israel
Punto 200: ¿Dónde radica la comprensión cristiana del Estado y la autoridad?
1.) Aumentan los enfrentamientos entre el ejército de Israel y combatientes palestinos, en Gaza y Cisjordania, una nueva ola de muerte y destrucción. ¿Cómo afecta esto a la minoría cristiana y a las peregrinaciones a Tierra Santa?;
2.) También nos acercamos a Irak, donde se ha vivido un encuentro nacional de jóvenes católicos, la esperanza del futuro;
3.) Y, como siempre, les contamos la Actualidad y testimonios de la Iglesia pobre y perseguida en el mundo.
Punto 11: ¿Cómo responde el pueblo de Israel a la noticia de Dios?
Punto 10: ¿Cómo se ha revelado Dios antes de Jesús?
SALUM, MENAJEM, PECAJÍAS, PECAJ Y OSEAS EN ISRAEL. JOTAM Y AJAZ EN JUDÁ:
A partir de la desaparición de la dinastía de Jehú, en el reino de Israel se suceden los cambios de reyes con rapidez y de forma violenta hasta llegar al trágico desenlace de la invasión asiria en el año 722. Judá entretanto goza de bastante estabilidad política con Jotam y con Ajaz. La política de estos reyes de Judá —aunque con excepciones— es distinta de la que siguieron los reyes del Norte. Éstos, frente al poder asirio que ya se desplegaba por todo el oriente, hacen una alianza con Siria y tratan de resistir. La consecuencia fue primero la caída de Damasco y después la de Samaría. En cambio, el rey de Judá, Ajaz, se somete a Asiria, aunque por ello tenga que sufrir el ataque de Israel y Siria aliados entre sí. El resultado fue que Jerusalén se salvó.
AMASÍAS Y AZARÍAS EN JUDÁ. JEROBOAM II Y ZACARÍAS EN ISRAEL:
Tras la muerte de Eliseo, el autor sagrado continúa ocupándose paralelamente de los reyes de Israel y de Judá hasta la caída de Samaría en el año 722. Con Jeroboam II y Zacarías, reyes de Israel, termina el periodo de la historia de Israel marcado por el gobierno de la dinastía de Jehú (años 842-747 a.C.). Fueron tiempos prósperos para Israel, especialmente bajo el reinado de Jeroboam II. Los reyes de Judá entretanto, aunque inferiores en fuerza, representan la esperanza de futuro por ser los descendientes de David.
JOACAZ Y JOÁS, REYES DE ISRAEL. MUERTE DE ELISEO:
Entre los reyes del reino del Norte, Jehú fue el defensor del culto al Señor y el destructor del culto a Baal. Por eso Dios le prometió que su dinastía tendría continuidad por cuatro generaciones. Esa promesa comienza a cumplirse con los reinados de Joacaz y Joás. Estos reyes, aunque reprobables para el autor sagrado como todos los reyes del Norte, practican el culto al Señor, Dios de Israel, y consultan a su profeta Eliseo, quien, antes de morir, anuncia la victoria sobre Siria, y sus palabras se cumplen exactamente tras su muerte.
ATALÍA Y JOÁS, REYES DE JUDÁ:
Nos trasladamos de Israel a Judá. Con la familia de Ajab el culto a Baal se había introducido no sólo en Israel sino también en Judá al casarse el rey Joram con Atalía, de la casa de Ajab. Por tanto, en Judá también era necesario una purificación similar a la que Jehú había llevado a cabo en el reino del Norte. Pero la diferencia entre Israel y Judá es que en Judá debía permanecer la dinastía de David según la promesa de 2 S 7,1-17. Por eso Dios guía los acontecimientos de otra forma: mediante la salvación providencial de Joás, hijo del rey Ocozías, que es ungido en el Templo y, tras la muerte de la reina idólatra Atalía, mediante la renovación de la Alianza y la entronización del rey Joás, descendiente de David.
1.) Viernes II de Cuaresma;
2.) Lecturas: Gn 37, 3-4.12-13a.17b-28; Sal 104, 16-21;
3.) Evangelio: Mt 21, 33-43.45-46 «Éste es el heredero: venid, lo matamos»
DINASTÍA DE JEHÚ EN ISRAEL:
El profeta Eliseo envía a uno de sus discípulos a Ramot-Galaad para ungir a Jehú, en nombre el Señor, como rey de Israel, cumpliendo así la orden que Dios había dado a su maestro Elías. El Señor anuncia la muerte de toda la casa de Ajab. Jehú, una vez ungido rey de Israel, se conjura contra el rey Joram que había vuelto a Yizreel para curarse de las heridas que le habían causado los sirios cuando combatía contra Jazael, rey de Siria. Joram, rey de Israel y Ocozías, rey de Judá van al encuentro de Jehú y Jehú acaba con la vida de ambos. Después Jehú acaba también con la vida de Jezabel.
MUERTE DE JEHÚ, REY DE ISRAEL:
Después de acabar con las vidas Joram, Ocozías y Jezabel, Jehú borra toda huella de la familia de Joram, designada como Ajab, toda huella de la familia de Ocozías y, finalmente, toda huella de los profetas y seguidores de Baal apoyados por Jezabel. Pero Jehú, una vez que extirpó de Israel a Baal, siguió adorando a los becerros de oro que había en Betel y en Dan. De ahí que el reinado de Jehú se valore negativamente y que los reveses que Jehú sufre frente a los enemigos exteriores sean presentados como castigo de Dios a Israel.
Punto 201: ¿Cuál es la raíz teológica del bien común?
Punto 200: ¿Dónde radica la comprensión cristiana del Estado y la autoridad?
1.) Aumentan los enfrentamientos entre el ejército de Israel y combatientes palestinos, en Gaza y Cisjordania, una nueva ola de muerte y destrucción. ¿Cómo afecta esto a la minoría cristiana y a las peregrinaciones a Tierra Santa?;
2.) También nos acercamos a Irak, donde se ha vivido un encuentro nacional de jóvenes católicos, la esperanza del futuro;
3.) Y, como siempre, les contamos la Actualidad y testimonios de la Iglesia pobre y perseguida en el mundo.
Punto 11: ¿Cómo responde el pueblo de Israel a la noticia de Dios?
Punto 10: ¿Cómo se ha revelado Dios antes de Jesús?
SALUM, MENAJEM, PECAJÍAS, PECAJ Y OSEAS EN ISRAEL. JOTAM Y AJAZ EN JUDÁ:
A partir de la desaparición de la dinastía de Jehú, en el reino de Israel se suceden los cambios de reyes con rapidez y de forma violenta hasta llegar al trágico desenlace de la invasión asiria en el año 722. Judá entretanto goza de bastante estabilidad política con Jotam y con Ajaz. La política de estos reyes de Judá —aunque con excepciones— es distinta de la que siguieron los reyes del Norte. Éstos, frente al poder asirio que ya se desplegaba por todo el oriente, hacen una alianza con Siria y tratan de resistir. La consecuencia fue primero la caída de Damasco y después la de Samaría. En cambio, el rey de Judá, Ajaz, se somete a Asiria, aunque por ello tenga que sufrir el ataque de Israel y Siria aliados entre sí. El resultado fue que Jerusalén se salvó.
AMASÍAS Y AZARÍAS EN JUDÁ. JEROBOAM II Y ZACARÍAS EN ISRAEL:
Tras la muerte de Eliseo, el autor sagrado continúa ocupándose paralelamente de los reyes de Israel y de Judá hasta la caída de Samaría en el año 722. Con Jeroboam II y Zacarías, reyes de Israel, termina el periodo de la historia de Israel marcado por el gobierno de la dinastía de Jehú (años 842-747 a.C.). Fueron tiempos prósperos para Israel, especialmente bajo el reinado de Jeroboam II. Los reyes de Judá entretanto, aunque inferiores en fuerza, representan la esperanza de futuro por ser los descendientes de David.
JOACAZ Y JOÁS, REYES DE ISRAEL. MUERTE DE ELISEO:
Entre los reyes del reino del Norte, Jehú fue el defensor del culto al Señor y el destructor del culto a Baal. Por eso Dios le prometió que su dinastía tendría continuidad por cuatro generaciones. Esa promesa comienza a cumplirse con los reinados de Joacaz y Joás. Estos reyes, aunque reprobables para el autor sagrado como todos los reyes del Norte, practican el culto al Señor, Dios de Israel, y consultan a su profeta Eliseo, quien, antes de morir, anuncia la victoria sobre Siria, y sus palabras se cumplen exactamente tras su muerte.
ATALÍA Y JOÁS, REYES DE JUDÁ:
Nos trasladamos de Israel a Judá. Con la familia de Ajab el culto a Baal se había introducido no sólo en Israel sino también en Judá al casarse el rey Joram con Atalía, de la casa de Ajab. Por tanto, en Judá también era necesario una purificación similar a la que Jehú había llevado a cabo en el reino del Norte. Pero la diferencia entre Israel y Judá es que en Judá debía permanecer la dinastía de David según la promesa de 2 S 7,1-17. Por eso Dios guía los acontecimientos de otra forma: mediante la salvación providencial de Joás, hijo del rey Ocozías, que es ungido en el Templo y, tras la muerte de la reina idólatra Atalía, mediante la renovación de la Alianza y la entronización del rey Joás, descendiente de David.
1.) Viernes II de Cuaresma;
2.) Lecturas: Gn 37, 3-4.12-13a.17b-28; Sal 104, 16-21;
3.) Evangelio: Mt 21, 33-43.45-46 «Éste es el heredero: venid, lo matamos»
DINASTÍA DE JEHÚ EN ISRAEL:
El profeta Eliseo envía a uno de sus discípulos a Ramot-Galaad para ungir a Jehú, en nombre el Señor, como rey de Israel, cumpliendo así la orden que Dios había dado a su maestro Elías. El Señor anuncia la muerte de toda la casa de Ajab. Jehú, una vez ungido rey de Israel, se conjura contra el rey Joram que había vuelto a Yizreel para curarse de las heridas que le habían causado los sirios cuando combatía contra Jazael, rey de Siria. Joram, rey de Israel y Ocozías, rey de Judá van al encuentro de Jehú y Jehú acaba con la vida de ambos. Después Jehú acaba también con la vida de Jezabel.
MUERTE DE JEHÚ, REY DE ISRAEL:
Después de acabar con las vidas Joram, Ocozías y Jezabel, Jehú borra toda huella de la familia de Joram, designada como Ajab, toda huella de la familia de Ocozías y, finalmente, toda huella de los profetas y seguidores de Baal apoyados por Jezabel. Pero Jehú, una vez que extirpó de Israel a Baal, siguió adorando a los becerros de oro que había en Betel y en Dan. De ahí que el reinado de Jehú se valore negativamente y que los reveses que Jehú sufre frente a los enemigos exteriores sean presentados como castigo de Dios a Israel.