1.) Mundial de fútbol: «¿Gritas un ‘gol’ y, sin embargo, no alabas con fuerza a Dios?» (Papa Francisco);
2.) Testimonios martiriales: Deborah Samuel, mártir en Sokoto (Nigeria) y el matrimonio polaco Józef y Wiktoria Ulma (con sus siete hijos);
3.) Aforismos Chesterton: TRADICIÓN;
4.) Comentario al punto nº 287 del DoCat;
5.) Respuestas a las preguntas de los oyentes.
Mundial de futbol
Este domingo comienza el mundial de futbol en Catar, también llamado el mundial de la vergüenza, porque durante la construcción de las infraestructuras de este evento han muerto, al menos, 6.500 trabajadores, y el resto ha trabajado en unas condiciones infrahumanas. No seamos indiferentes ante estas practicas, y aunque estemos deseando ver a nuestra selección no cerremos los ojos, miremos quienes son los patrocinadores y obremos en consecuencia
Fútbol y doble moral
Podríamos comparar nuestra vida de fe con la competición deportiva que tenemos ahora mismo, el campeionato del mundo. Un cristiano no puede estar solo, debe trabajar su fe como lo hacen los compañeros de una selección nacional. Y no somos nosotros los elegidos, es el Seleccionador el que nos envía a jugar en el "equipo de nuestra fe"
1.) Mundial de fútbol: «¿Gritas un ‘gol’ y, sin embargo, no alabas con fuerza a Dios?» (Papa Francisco);
2.) Testimonios martiriales: Deborah Samuel, mártir en Sokoto (Nigeria) y el matrimonio polaco Józef y Wiktoria Ulma (con sus siete hijos);
3.) Aforismos Chesterton: TRADICIÓN;
4.) Comentario al punto nº 287 del DoCat;
5.) Respuestas a las preguntas de los oyentes.
Este domingo comienza el mundial de futbol en Catar, también llamado el mundial de la vergüenza, porque durante la construcción de las infraestructuras de este evento han muerto, al menos, 6.500 trabajadores, y el resto ha trabajado en unas condiciones infrahumanas. No seamos indiferentes ante estas practicas, y aunque estemos deseando ver a nuestra selección no cerremos los ojos, miremos quienes son los patrocinadores y obremos en consecuencia
Fútbol y doble moral
Podríamos comparar nuestra vida de fe con la competición deportiva que tenemos ahora mismo, el campeionato del mundo. Un cristiano no puede estar solo, debe trabajar su fe como lo hacen los compañeros de una selección nacional. Y no somos nosotros los elegidos, es el Seleccionador el que nos envía a jugar en el "equipo de nuestra fe"