Plan de vida

Solo Dios: el hermano Rafael 18/11/19

Seguimos conociendo al Hno. Rafael Arnaiz, y seguimos con el comentario de la carta de 27 de noviembre de 1935, y dirigida a su tía María, la duquesa de Maqueda. Hoy hablaremos de la añoranza por la vuelta a la Trapa, y en primer lugar debemos destacar unas palabras de S. Rafael: “¡Que bueno es tener siempre algo por lo que sufrir!”. A veces, la mayoría de ellas, no entendemos el motivo del sufrimiento, pero debemos entender que todos los hombres debemos unirnos a Cristo en la Cruz. El sufrimiento nos hace más humanos y entender a los que, a nuestro alrededor, sufren. También nos habla Rafael de que la trapa y los conventos de clausura no son algo donde gente rara se encierre para no tener relación con el mundo, sino que son casas donde vivir con alegría a los pies de la Virgen, hablando de Dios siempre, amándole siempre a Él y a la familia, porque nuestro horizonte es el Señor, y todos los que sienten Su llamada se alegran de haber dejado el mundo para vivir la realidad de la vocación en un claustro. Seguimos en la segunda parte comentando la carta indicada anteriormente. S. Rafael Arnaiz dice que el dolor de la renuncia quedará compensado por la alegría de poder entregar a Dios algo de lo que nos da. También nos habla de la importancia de tener un plan de vida para poder estar más recogido y no disipado como nos dice el mundo que actuemos. Que nos deje en paz el mundo, y vivamos mirando al Sagrario y hablando con Cristo. Terminamos, como siempre, con la oración del Hno. Rafael, en esta ocasión con la titulada “Misa conventual”.

Solo Dios: el hermano Rafael 18/11/19

Seguimos conociendo al Hno. Rafael Arnaiz, y seguimos con el comentario de la carta de 27 de noviembre de 1935, y dirigida a su tía María, la duquesa de Maqueda. Hoy hablaremos de la añoranza por la vuelta a la Trapa, y en primer lugar debemos destacar unas palabras de S. Rafael: “¡Que bueno es tener siempre algo por lo que sufrir!”. A veces, la mayoría de ellas, no entendemos el motivo del sufrimiento, pero debemos entender que todos los hombres debemos unirnos a Cristo en la Cruz. El sufrimiento nos hace más humanos y entender a los que, a nuestro alrededor, sufren. También nos habla Rafael de que la trapa y los conventos de clausura no son algo donde gente rara se encierre para no tener relación con el mundo, sino que son casas donde vivir con alegría a los pies de la Virgen, hablando de Dios siempre, amándole siempre a Él y a la familia, porque nuestro horizonte es el Señor, y todos los que sienten Su llamada se alegran de haber dejado el mundo para vivir la realidad de la vocación en un claustro. Seguimos en la segunda parte comentando la carta indicada anteriormente. S. Rafael Arnaiz dice que el dolor de la renuncia quedará compensado por la alegría de poder entregar a Dios algo de lo que nos da. También nos habla de la importancia de tener un plan de vida para poder estar más recogido y no disipado como nos dice el mundo que actuemos. Que nos deje en paz el mundo, y vivamos mirando al Sagrario y hablando con Cristo. Terminamos, como siempre, con la oración del Hno. Rafael, en esta ocasión con la titulada “Misa conventual”.