El Padre Pío nos explica lo que significan las tentaciones del maligno y con qué armas vencerlas: oración, humildad y vigilancia.
San Pío de Pietrelcina
La guerra contra ti está declarada y es necesario estar vigilantes. Él luchará contigo y por ti. El P. Pío nos invita a levantarnos de nuestra muerte y volver a Él. Hay mucha alegría en el cielo cuando uno de sus hijos vuelve. ¡Padre, vuelvo a casa!
El Padre Pío nos enseña cómo la Palabra de Dios es viva y eficaz y nos ayuda en la adversidad.
El Padre Pío me enseña que para tener una verdadera vida espiritual es necesario aceptar que todo lo que sucede en mi vida es para el bien de aquellos que aman a Dios. Jesús puede sacarme de mi sepulcro y de mi muerte. Lo que era mi ruina, Él lo ha hecho mi salvación.
10 CONSEJOS PARA GUARDAR TU MATRIMONIO BAJO LLAVE - 9 CONSEJOS PARA QUIENES SE VAN A CASAR:
1.) En el día de San Pio de Pietrelcina, admiramos la integración de la mísitiva elevada y de la normalidad psicológica;
2.) Reportaje en la revista MISION: 10 consejos para guardar tu matrimonio bajo llave;
3.) 9 consejos para quienes se van a casar en el capítulo 6º de Amoris Laetitiae;
4.) Respuestas a las preguntas de los oyentes.
Sufrir una prueba no depende en absoluto del alma, y nada se podrá hacer directamente para entrar en ella. Depende exclusivamente de la voluntad de Dios. Lo que te aconsejo
es que estés tranquila y que no te preocupes por lo que sucederá. Todo concluirá en gloria de Dios y en santificación del alma.
Además, mantente siempre humilde ante la voluntad infinita del Señor, ensancha siempre tu corazón, agradece sin interrupción al buen Dios los favores que continuamente te otorga, porque no es digno de recibir nuevas gracias el que no sabe agradecer las que ya ha recibido. Y deja libre actuación a la gracia de Dios, buscando siempre su gloria, tu salvación y la de todas las almas; y no te olvides nunca que los
favores celestiales se conceden no sólo para la propia santificación, sino también para la santificación de los demás. (Padre Pío)
En la medida en que son grandes tus sufrimientos, lo es el amor que Dios te ofrece. Aquellos, querida mía, te sirvan de medida de comparación del amor que Dios te tiene.
El amor de Dios lo conocerás por esta señal: las aflicciones que te manda. La señal la tienes en tus manos y está al alcance de tu inteligencia; alégrate, pues, cuando la
tempestad se embravece; alégrate, te digo, con los hijos de Dios, porque esto es amor singularísimo del Esposo divino hacia ti. Humíllate también ante la majestad divina,
considerando cuántas otras almas hay en el mundo, más dignas y más ricas de dotes intelectuales y de virtudes, y que ciertamente no son tratadas con ese singularísimo amor
con el que tú eres tratada por Dios. (Padre Pío)
No te dejes asustar por los asaltos de Satanás; tu confianza esté puesta siempre en Dios; en ella debes ir creciendo cada día, y lo debes demostrar de modo especial en la prueba
que ahora soportas, y que deberá redundar en gloria de Dios y en una gran victoria para tu alma. No te aflijas más de lo necesario; alégrate, que la guerra no tardará en llegar a su
fin. No pasará mucho tiempo antes de que comiencen las negociaciones y los gastos de la guerra se adjudicarán al enemigo de Dios, al enemigo de las almas. ¡Qué hermoso será el mediodía que el buen Dios hará brillar después de la purga! Que te anime, pues, este dulce pensamiento a combatir con valentía el buen combate. Ya desde ahora te deseo con gran alegría en el Señor el hermoso día de nuestro rescate. ¡Viva Jesús siempre en tu espíritu! (Padre Pío)
Imitad a Jesús en la caridad, porque él reconoce como suyos sólo a los que conservan celosamente esta preciosa margarita; como decía San Pablo, es «vínculo de perfección». (Padre Pío)
El P. Pío nos enseña en este programa a amarnos mirándonos como el Señor nos mira. Al igual que nos recuerda que la caridad es la primera virtud para alcanzar la perfección cristiana.
Levántate, pues, Señor, una vez más y líbrame ante todo de mí mismo; y no permitas que se pierda aquel a quien con tanto cuidado y urgencia has vuelto a llamar y has arrancado de un mundo que no es tuyo. Levántate, pues, Señor, una vez más y confirma en tu gracia a los que me has confiado; y no permitas que ninguno llegue a perderse abandonando el redil.
¡Oh Dios, oh Dios!... No permitas que se pierda tu heredad. ¡Oh Dios!, manifiéstate cada vez más a mi pobre corazón y completa en mí la obra que ya has comenzado.
Oigo en mi interior una voz que de continuo me grita: Santifícate y santifica. Pues, bien, queridísima mía, yo lo quiero, pero no sé por dónde comenzar.
Ayúdame también tú; sé que Jesús te quiere mucho y tú lo mereces. (Padre Pío)
La prueba es una renuncia a mi voluntad para hacer la voluntad de Dios. El Padre Pío nos enseña a vivir en la providencia dejando que Él cuide de nosotros.
El Padre Pío nos explica lo que significan las tentaciones del maligno y con qué armas vencerlas: oración, humildad y vigilancia.
La guerra contra ti está declarada y es necesario estar vigilantes. Él luchará contigo y por ti. El P. Pío nos invita a levantarnos de nuestra muerte y volver a Él. Hay mucha alegría en el cielo cuando uno de sus hijos vuelve. ¡Padre, vuelvo a casa!
El Padre Pío nos enseña cómo la Palabra de Dios es viva y eficaz y nos ayuda en la adversidad.
El Padre Pío me enseña que para tener una verdadera vida espiritual es necesario aceptar que todo lo que sucede en mi vida es para el bien de aquellos que aman a Dios. Jesús puede sacarme de mi sepulcro y de mi muerte. Lo que era mi ruina, Él lo ha hecho mi salvación.
10 CONSEJOS PARA GUARDAR TU MATRIMONIO BAJO LLAVE - 9 CONSEJOS PARA QUIENES SE VAN A CASAR:
1.) En el día de San Pio de Pietrelcina, admiramos la integración de la mísitiva elevada y de la normalidad psicológica;
2.) Reportaje en la revista MISION: 10 consejos para guardar tu matrimonio bajo llave;
3.) 9 consejos para quienes se van a casar en el capítulo 6º de Amoris Laetitiae;
4.) Respuestas a las preguntas de los oyentes.
Sufrir una prueba no depende en absoluto del alma, y nada se podrá hacer directamente para entrar en ella. Depende exclusivamente de la voluntad de Dios. Lo que te aconsejo
es que estés tranquila y que no te preocupes por lo que sucederá. Todo concluirá en gloria de Dios y en santificación del alma.
Además, mantente siempre humilde ante la voluntad infinita del Señor, ensancha siempre tu corazón, agradece sin interrupción al buen Dios los favores que continuamente te otorga, porque no es digno de recibir nuevas gracias el que no sabe agradecer las que ya ha recibido. Y deja libre actuación a la gracia de Dios, buscando siempre su gloria, tu salvación y la de todas las almas; y no te olvides nunca que los
favores celestiales se conceden no sólo para la propia santificación, sino también para la santificación de los demás. (Padre Pío)
En la medida en que son grandes tus sufrimientos, lo es el amor que Dios te ofrece. Aquellos, querida mía, te sirvan de medida de comparación del amor que Dios te tiene.
El amor de Dios lo conocerás por esta señal: las aflicciones que te manda. La señal la tienes en tus manos y está al alcance de tu inteligencia; alégrate, pues, cuando la
tempestad se embravece; alégrate, te digo, con los hijos de Dios, porque esto es amor singularísimo del Esposo divino hacia ti. Humíllate también ante la majestad divina,
considerando cuántas otras almas hay en el mundo, más dignas y más ricas de dotes intelectuales y de virtudes, y que ciertamente no son tratadas con ese singularísimo amor
con el que tú eres tratada por Dios. (Padre Pío)
No te dejes asustar por los asaltos de Satanás; tu confianza esté puesta siempre en Dios; en ella debes ir creciendo cada día, y lo debes demostrar de modo especial en la prueba
que ahora soportas, y que deberá redundar en gloria de Dios y en una gran victoria para tu alma. No te aflijas más de lo necesario; alégrate, que la guerra no tardará en llegar a su
fin. No pasará mucho tiempo antes de que comiencen las negociaciones y los gastos de la guerra se adjudicarán al enemigo de Dios, al enemigo de las almas. ¡Qué hermoso será el mediodía que el buen Dios hará brillar después de la purga! Que te anime, pues, este dulce pensamiento a combatir con valentía el buen combate. Ya desde ahora te deseo con gran alegría en el Señor el hermoso día de nuestro rescate. ¡Viva Jesús siempre en tu espíritu! (Padre Pío)
Imitad a Jesús en la caridad, porque él reconoce como suyos sólo a los que conservan celosamente esta preciosa margarita; como decía San Pablo, es «vínculo de perfección». (Padre Pío)
El P. Pío nos enseña en este programa a amarnos mirándonos como el Señor nos mira. Al igual que nos recuerda que la caridad es la primera virtud para alcanzar la perfección cristiana.
Levántate, pues, Señor, una vez más y líbrame ante todo de mí mismo; y no permitas que se pierda aquel a quien con tanto cuidado y urgencia has vuelto a llamar y has arrancado de un mundo que no es tuyo. Levántate, pues, Señor, una vez más y confirma en tu gracia a los que me has confiado; y no permitas que ninguno llegue a perderse abandonando el redil.
¡Oh Dios, oh Dios!... No permitas que se pierda tu heredad. ¡Oh Dios!, manifiéstate cada vez más a mi pobre corazón y completa en mí la obra que ya has comenzado.
Oigo en mi interior una voz que de continuo me grita: Santifícate y santifica. Pues, bien, queridísima mía, yo lo quiero, pero no sé por dónde comenzar.
Ayúdame también tú; sé que Jesús te quiere mucho y tú lo mereces. (Padre Pío)
La prueba es una renuncia a mi voluntad para hacer la voluntad de Dios. El Padre Pío nos enseña a vivir en la providencia dejando que Él cuide de nosotros.