Audi filia, capítulos 106.107 y 108. Fealdad de nuestra alma. Esto no se quita pro la fuerza del hombre. Solo se quita con la sangre de Cristo
Sangre de Cristo
1373 (cont.): La presencia eucarística prometida, instituida y celebrada: Seguimos comentando el n. 1373, y para acercarnos a lo específico de la presencia eucarística, analizamos la Eucaristía prometida en Jn 6, instituida por Jesús en la Última Cena, y celebrada por los cristianos de Corinto, según nos relata S. Pablo en 1 Cor 10.- Luis Martin y Celia Guérin, padres de Sta. Teresita (48).
Ofrecemos la obra de teatro "Sangre derramada por amor" dirigida por Alejandro González.
Nuestra alma es viña de Cristo que ha sido regada con su sangre
Ofrecemos la obra de teatro "Sangre derramada por amor" dirigida por Alejandro González.
La película "La Pasión" deja en cuantos la presencian recuerdos inolvidables. En esta ocasión, el padre Guillermo nos trae a la memoria la escena en que la Virgén, junto a María Magdalena, recoge la sangre de Jesús después de la flagelación. Y es que la sangre de Cristo es preciosa y hemos de guardarla como un tesoro, pues es fiel reflejo del Amor infinito de Dios.
Audi filia, capítulos 106.107 y 108. Fealdad de nuestra alma. Esto no se quita pro la fuerza del hombre. Solo se quita con la sangre de Cristo
1373 (cont.): La presencia eucarística prometida, instituida y celebrada: Seguimos comentando el n. 1373, y para acercarnos a lo específico de la presencia eucarística, analizamos la Eucaristía prometida en Jn 6, instituida por Jesús en la Última Cena, y celebrada por los cristianos de Corinto, según nos relata S. Pablo en 1 Cor 10.- Luis Martin y Celia Guérin, padres de Sta. Teresita (48).
Ofrecemos la obra de teatro "Sangre derramada por amor" dirigida por Alejandro González.
Nuestra alma es viña de Cristo que ha sido regada con su sangre
Ofrecemos la obra de teatro "Sangre derramada por amor" dirigida por Alejandro González.
La película "La Pasión" deja en cuantos la presencian recuerdos inolvidables. En esta ocasión, el padre Guillermo nos trae a la memoria la escena en que la Virgén, junto a María Magdalena, recoge la sangre de Jesús después de la flagelación. Y es que la sangre de Cristo es preciosa y hemos de guardarla como un tesoro, pues es fiel reflejo del Amor infinito de Dios.