"El fruto del silencio es la oración,...., el fruto del servicio es la paz", es una oración en cadena de Sta. Teresa de Calcuta. Lo más complicado de esta cadena es el principio, hacer silencio para que nos salga una oración clara, con un diálogo con Dios.
Silencioy oración
Comenzamos con el comentario a la carta 3 de septiembre de 1937, y que el Hno. Rafael escribe a su tía María, duquesa de Maqueda, que leíamos la semana pasada. Lleva meses sin escribir a su tía, desde mayo de este año, pero como dice Rafael, el que nada tiene, nada puede dar. Aún así le cuenta a su tía sus ocupaciones durante el verano en la granja y la huerta de su casa, de su enfermedad no le habla, ni él mismo se preocupa. En lo espiritual vuelve a hablar de la importancia del silencio y de la oración, de los sufrimientos, que siempre terminarán, sólo queda esperar. Ante estos sufrimientos de los demás, muchas veces, no sabemos cómo actuar tratando de consolar, en estos casos, que no tenemos palabras, solo queda el silencio de nuestra presencia. El porqué de los sufrimientos nos lo dirá Dios en medio del silencio de la oración, y no los consuelos humanos.
Hoy terminamos con el Hno. Rafael y con la oración “ Ver la mano de Dios en todo nos hace felices”.
"El fruto del silencio es la oración,...., el fruto del servicio es la paz", es una oración en cadena de Sta. Teresa de Calcuta. Lo más complicado de esta cadena es el principio, hacer silencio para que nos salga una oración clara, con un diálogo con Dios.
Comenzamos con el comentario a la carta 3 de septiembre de 1937, y que el Hno. Rafael escribe a su tía María, duquesa de Maqueda, que leíamos la semana pasada. Lleva meses sin escribir a su tía, desde mayo de este año, pero como dice Rafael, el que nada tiene, nada puede dar. Aún así le cuenta a su tía sus ocupaciones durante el verano en la granja y la huerta de su casa, de su enfermedad no le habla, ni él mismo se preocupa. En lo espiritual vuelve a hablar de la importancia del silencio y de la oración, de los sufrimientos, que siempre terminarán, sólo queda esperar. Ante estos sufrimientos de los demás, muchas veces, no sabemos cómo actuar tratando de consolar, en estos casos, que no tenemos palabras, solo queda el silencio de nuestra presencia. El porqué de los sufrimientos nos lo dirá Dios en medio del silencio de la oración, y no los consuelos humanos.
Hoy terminamos con el Hno. Rafael y con la oración “ Ver la mano de Dios en todo nos hace felices”.