Tesoro escondido

Hora Santa 03/08/23

El P. Luis Fernando dirige esta oración, teniendo especialmente presente la JMJ que se está desarrollando en Lisboa con el Papa Francisco, y centra la meditación en la parábola del tesoro escondido. Cada uno de nosotros somos un tesoro para el Corazón de Dios, que se ha hecho hombre y pagado el precio de su Sangre para nuestra redención, y nos invita a descubrir en Él el auténtico Tesoro por el que vale la pena entregar la vida.

Palabra y Vida 02/08/23

1.) Miércoles XVII de Tiempo Ordinario. Santos Eusebio de Vercelli ob y Pedro Julián Eymard pb (Memoria Libre); 2.) Lecturas: Ex 34, 29-35; Sal 98, 5-9; 3.) Evangelio: Mt 13, 44-46 «Vende todo lo que tiene y compra el campo»

Una luz en tu vida (Mons. Manuel Sánchez Monge) 30/07/23

Tesoro escondido o perla preciosa serán nuestros bienes más precidos, mucho más que todo lo que poseemos, pero es fundamental saber descubrirlos y reconocerlos como lo más preciado. Dejemos a un lado las "bisuterias" de este mundo, que no valen nada, para quedarnos con el Tesoro verdadero que es el mismo Cristo

Hora Santa 03/08/23

El P. Luis Fernando dirige esta oración, teniendo especialmente presente la JMJ que se está desarrollando en Lisboa con el Papa Francisco, y centra la meditación en la parábola del tesoro escondido. Cada uno de nosotros somos un tesoro para el Corazón de Dios, que se ha hecho hombre y pagado el precio de su Sangre para nuestra redención, y nos invita a descubrir en Él el auténtico Tesoro por el que vale la pena entregar la vida.

Palabra y Vida 02/08/23

1.) Miércoles XVII de Tiempo Ordinario. Santos Eusebio de Vercelli ob y Pedro Julián Eymard pb (Memoria Libre); 2.) Lecturas: Ex 34, 29-35; Sal 98, 5-9; 3.) Evangelio: Mt 13, 44-46 «Vende todo lo que tiene y compra el campo»

Una luz en tu vida (Mons. Manuel Sánchez Monge) 30/07/23

Tesoro escondido o perla preciosa serán nuestros bienes más precidos, mucho más que todo lo que poseemos, pero es fundamental saber descubrirlos y reconocerlos como lo más preciado. Dejemos a un lado las "bisuterias" de este mundo, que no valen nada, para quedarnos con el Tesoro verdadero que es el mismo Cristo