1.) Jueves II Semana de Pascua. San José Obrero (Memoria Libre);
2.) Lecturas: Gn 1, 26—2, 3 «Llenad la tierra y sometedla»; o bien, Col 3, 14-15.17.23-24 «Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor, y no a los hombres»; Sal 89, 2-4.12-14.16 «Haz prósperas las obras de nuestras manos, Señor»;
3.) Evangelio: Mt 13, 54-58 «¿No es el hijo del carpintero?».
1.) Domingo XIV Semana de Tiempo Ordinario ciclo "B";
2.) Lecturas: Ez 2, 2-5 «Son un pueblo rebelde y reconocerán que hubo un profeta en medio de ellos»; Sal 122, 1-4 «Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia»; 2 Co 12, 7b-10 «Me glorío de mis debilidades, para que resida en mí la fuerza de Cristo»;
3.) Evangelio: Mc 6, 1-6 «No desprecian a un profeta más que en su tierra»
El fracaso en Nazaret no apartó a Jesús de su misión. Siguió
adelante en su misión. En estas circunstancias coloca el evangelista el primer envío de los Doce, a quienes se les da unas instrucciones, que conservan su sentido y valor en todo tiempo y lugar. Estas instrucciones pueden reducirse a una: deben ir provistos abundantemente de falta de seguridades. Porque los enviados que confíen más en su propio equipamiento que en la fuerza del mensaje que anuncian perderán su credibilidad. Los milagros realizados por Jesús hacen que su fama llegue hasta Herodes, rey de Galilea, a quien confunde con el Bautista, a quien había decapitado, cuya muerte narra el evangelista. El milagro de la multiplicación de los panes y los peces y su caminar sobre las aguas hacen que sus discípulos conozcan mejor a Jesús.
1.) Jueves II Semana de Pascua. San José Obrero (Memoria Libre);
2.) Lecturas: Gn 1, 26—2, 3 «Llenad la tierra y sometedla»; o bien, Col 3, 14-15.17.23-24 «Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor, y no a los hombres»; Sal 89, 2-4.12-14.16 «Haz prósperas las obras de nuestras manos, Señor»;
3.) Evangelio: Mt 13, 54-58 «¿No es el hijo del carpintero?».
1.) Domingo XIV Semana de Tiempo Ordinario ciclo "B";
2.) Lecturas: Ez 2, 2-5 «Son un pueblo rebelde y reconocerán que hubo un profeta en medio de ellos»; Sal 122, 1-4 «Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia»; 2 Co 12, 7b-10 «Me glorío de mis debilidades, para que resida en mí la fuerza de Cristo»;
3.) Evangelio: Mc 6, 1-6 «No desprecian a un profeta más que en su tierra»
El fracaso en Nazaret no apartó a Jesús de su misión. Siguió
adelante en su misión. En estas circunstancias coloca el evangelista el primer envío de los Doce, a quienes se les da unas instrucciones, que conservan su sentido y valor en todo tiempo y lugar. Estas instrucciones pueden reducirse a una: deben ir provistos abundantemente de falta de seguridades. Porque los enviados que confíen más en su propio equipamiento que en la fuerza del mensaje que anuncian perderán su credibilidad. Los milagros realizados por Jesús hacen que su fama llegue hasta Herodes, rey de Galilea, a quien confunde con el Bautista, a quien había decapitado, cuya muerte narra el evangelista. El milagro de la multiplicación de los panes y los peces y su caminar sobre las aguas hacen que sus discípulos conozcan mejor a Jesús.