Hoy, profundizaremos más en las primeras moradas, donde se produce una lucha con el demonio que intenta sacarnos de nuestro castillo interior, pero es también en ellas, donde nos hacemos conscientes que Dios quiere vivir en comunión con nosotros. Para poder habitar en ellas, Santa Teresa nos indica que la austeridad y el auto-conocimientos son cruciales y que el camino para ello, son la oración y la humildad. Santa Teresa nos alerta que la oración, en estos primeros estadios, es difícil y que no vamos a encontrar con ella la plenitud. Por ello debemos de orar tal y como estemos en cada momento y con perseverancia, sugiriéndonos que la contemplación de la naturaleza es buena práctica. El título que Santa Teresa da a los moradores de la primera moradas es el Siervo del amor. Entra y te encontrarás. ¡Adelante!