918-920: Discernimiento de los carismas de vida consagrada. La vida eremítica: El n. 918, basado en el decreto “Perfectae Caritatis” del Vaticano II, que completamos con la Exhortación “Vita Consecrata” de S. Juan Pablo II, nos habla de los muchos hombres y mujeres que, a lo largo de la historia de la Iglesia, han recibido del Espíritu Santo carismas para iniciar diversas formas de vida consagrada. El n. 919 recuerda que son los obispos, y en último término la Santa Sede, los encargados de discernir esos carismas y de aprobar nuevas formas de vida consagrada. El n. 920 nos habla de los ermitaños, que consagran su vida a la alabanza de Dios y la oración por la salvación del mundo.- Recuerdos del P. Leo Maasburg sobre la M. Teresa (8).