En el programa de hoy escucharemos el capítulo 29 y un fragmento del 30 de la 3ª parte de Introducción a la vida devota. En el capítulo 29 nos habla de la maledicencia, nos avisa de su gravedad cuando se introduce en las conversaciones y nos exhorta seriamente a no caer en ella.
Como su nombre indica es hablar mal de alguien con intención de hacer daño a su buen nombre o buena fama, lo que lleva a ser un homicidio, destruyendo la vida del agraviado y sus seres queridos y cercanos. Al mismo tiempo conlleva la muerte espiritual del que habla y dice la ofensa y de quien escucha dejándose embaucar. De todas formas de murmuraciones o maledicencia es la de acusar en falso al prójimo, aquí se comete un doble pecado: el mentir y el dañar. Las consecuencias de este daño a la persona injuriada son muy graves e irreparables.