Cuarta meditación. Dice Jesús: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo” (Jn 17,3). Contemplamos hoy a Jesucristo “Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho”.
El amor del Padre se manifiesta en la generación eterna del Verbo. Dios Padre nos ama con el mismo amor con que ama a su Hijo único. Conocer a Jesucristo, el Verbo hecho carne, el único salvador, es vida eterna.