Dios es lo primero', aprendió el P. Antonio Soler del ejemplo de sus padres, que estuvieron en los principios del Camino Neocatecumenal en las chabolas de Palomeras. También con su extensa familia descubrió el deseo misionero y cuando a los 15 años escucha, con fuerza, la llamada de Dios, él quería ser sacerdote misionero. Varios veranos participó en actividades misioneras en Hispanoamérica, que le enseñaron a ver a Dios en los más pobres, a sentirle cercano y providente en situaciones de precariedad, a confiar en un Dios fiel que no defrauda. A principios de este curso ha podido, tras 28 años de ministerio en el sur de Madrid, cumplir su sueño juvenil y partir a evangelizar a Mozambique donde cada día descubre la alegría de la fe en los que no tienen nada, pero tienen a Dios.
Mariavi y Miguel son un matrimonio de Herencia que un día sintieron una llamada a evangelizar a través de la música, ellos componen sus canciones y cada fin de semana realizan cientos de kilómetros para llevar su música que canta los mensajes sobre la familia y la santidad del Papa Francisco.