Llevar a Cristo a las cárceles madrileñas y a la selva amazónica, mostrando un Dios que es amor a los que no le conocen, a los apartados de la sociedad, sin echarse atrás pese a las dificultades y peligros, sostenido por el Señor, es la vida del P. Fernando Redondo. Con la sencillez de los que saben que son instrumentos del Señor nos cuenta sus muchas peripecias recorriendo en barco el Amazonas, entre cocodrilos, durante cerca de 20 años, para que los indígenas puedan recibir los sacramentos.
Fray Manuel, tenía su vida aparentemente hecha, su trabajo, sus amistades, pero Dios le cambio sus planes. Cuando un sacerdote al que tenía mucho aprecio sufre un ictus, Manuel se volcó en cuidarlo, y en la fragilidad de la enfermedad fue descubriendo la llamada a entregar la vida como religioso mercedario.