En este año nuevo que acabamos de estrenar seguimos con el comentario a la carta del 30 de agosto de 1936 dirigida a su tío Polín. Hemos dejado, de momento, las meditaciones del Hno. Rafael para leer sus cartas.
En esta ocasión nos habla Rafael de la celebración de los domingos. Con que facilidad olvidamos que el domingo es el día del Señor, y lo dedicamos a multitud de cosas, pero nos olvidamos de Él. El domingo es para gloria y alabanza a Dios. Al referirse a la guerra que está sufriendo España, dice que cualquier guerra es horrible, pero la peor es esa en que luchen un hermano contra otro, y que dentro del monasterio, él tiene también su frente, pero que, dentro de La Trapa, él reza por la paz en España. La mejor arma que se puede y se debe usar es la oración, aunque a veces tengamos derrotas. Invoquemos siempre a María.
Terminamos el programa con la oración del Hno. Rafael titulada “No me olvides, Madre mía”