Comenzamos con la meditación de 17 de abril de 1938, de la sección "Dios y mi Alma", y aunque no lo dice explícitamente, podemos titularla “Domingo de Resurrección”. Nos dice el Hno. Rafael que hoy el P. Abad le ha entregado la cogulla y el escapulario negro. Mentiría si dijese que no me ha tocado la vanidad. ¡Qué poca cosa somos, somos como niños! Lo mejor tener el corazón de santo temor de Dios.
A pie de página, escribe su madre que su hijo no tenía derecho a recibir la cogulla, pero que su gran vocación, el P. Abad decidió concedérsela.
En la segunda parte del programa, leeremos una carta del mismo día 17 de abril, y dirigida a su hermano Leopoldo. En ella le habla de las cosas de familia y de como ha recibido la cogulla, y de como sigue su vida dentro del monasterio. Le adjunta una serie de estampas para explicarle sus mociones.
Terminamos orando con el Hno. Rafael con la oración “¡Qué duro es vivir!