Seguimos analizando la larga carta de Rafael a su tía María con fecha 23 de Julio de 1934. Esta vez cuenta lo que le impresionó la partida de un enorme buque, y como le hizo pensar que un golpe de mar puede hundir ese barco. Le hace pensar que los hombres hacemos grandes cosas, pero cosas efímeras, y que las cosas de verdad importantes no son valoradas, sobre todo el estar junto a Jesús en el Sagrario. ¡Cuánto nos toca reparar! Piensa Rafael.
En la segunda parte veremos al Hno. Rafael, un poco más recuperado, visitando la Trapa durante una semana, y como se lo cuenta a su abuela en la carta del 9 de agosto de 1934. Terminaremos el programa leyendo la carta del 11 de agosto de 1934, y dirigida al P. Maestro de novicios. Le relata como va evolucionando tanto en lo físico como en lo espiritual, y la aceptación de todo lo que le está enviando Dios.