Mons. Ginés García Beltrán. El Evangelio de hoy nos habla de la vid y los sarmientos. Nosotros, sin Cristo, no somos nada. Necesitamos estar unidos a Él para dar fruto. Es verdad que a la vid se le debe quitar todo lo que tiene de malo, que se le poda para fortalecer los sarmientos.
Dios es mayor que nuestro corazón, pero éste está hecho a la medida del Corazón de Dios. Abandonemonos en Él para hacer cosas grandes, para dar mucho fruto.