P. Alfonso del Río. Cuentan de tres muchachos que, ignorando los avisos de peligro se bañaban en el mar, pero que casi perecen si no hubiese sido por un pescador que se arrojo a salvarlos, pero tuvo que dar su vida para poder hacerlo. En sus últimos momentos de vida, les decía a los chavales: 'Vivid de tal manera que mi sacrificio haya valido la pena'. Esto mismo es lo que ha hecho Cristo en estos días. Vivamos, pues, nosotros de tal manera que Su sacrificio en la Cruz haya valido la pena. Para Cristo yo tengo el valor de Su vida, ¿qué representa Él para mi?