P. Alfonso del Río. Cuentan de un niño que compró, de la reciente camada, el perrito que había nacido tullido. El campesino no quiso darle precio por su defecto, pero el niño, enseñando su pierna ortopédica, hizo llorar al paisano.
Para Jesús cada hombre es valiosísimo, y se muestra para enjugar nuestras lágrimas y compartir nuestras cruces. 'Todos le andamos buscando', poquer solo Él puede sanarnos. Seamos suyos y para siempre