El P. Julian Lozano ha vuelto del campamento parroquial con un antiguo recuerdo de su etapa de seminarista y su propia experiencia en un campamento en los Picos de Europa. Recuerda como se veía en esas alturas como las aves ascendían sin ningún esfuerzo, con solo abrir las alas, sujetas en las corrientes ascendentes. Esto mismo es lo que podriamos hacer en la Iglesia, deberiamos abrir las alas del alma de par en par, para que sujetos por las corrientes ascendentes de la gracia, pudieramos ascender sin esfuerzos en la vida de santidad.