El P. Guillermo Fernández nos relata una anecdota ocurrida entre el cardenal Angelo Comatri, cuando era un joven sacerdote, y la Madre Teresa de Calcuta. ¿Cuantas horas reza usted al día? Le pregunto madre Teresa al joven sacerdote. La misa, el rosario, la liturgia de las horas, fue su respuesta. No es suficientemle dijo Madre Teresa, y añadió: El amor no puede ser minimalista. Prométame que hará media hora de oración personal al día. Dice Monseñor Comastri que eso salvo su sacerdocio.
Sin oración es imposible la vida cristiana. Aprovechemos el tiempo de vacaciones para hablar con nuestro Señor y estar con Él, sin eso no podremos ser testigos de su Amor.