Mons. Ginés García Beltrán. Hoy es el domingo de la Ascensión de nuestro Señor, pero no nos deja solos, sino que asciende para abrirnos el camino que nos lleva hasta Dios. La Ascensión es una fiesta de esperanza porque nuestro futuro está en Dios, y nuestra patria definitiva es el Cielo.
Unido a la Ascensión del Señor está la venida del Espíritu Santo y la misión de la Iglesia: 'Id al mundo entero y anunciad el Evangelio'. Jesús estará con nosotros, porque la Iglesia no tiene misión propia, tiene la encomendada por Cristo, y con la próxima venida del Espíritu Santo nos será posible cumplir la misión, porque Él es el protagonista de la Evangelización.