P. Guillermo Fernández. Estamos en la última semana de Pascua, ya mirando a Pentecostes, la fiesta de la venida del Espíritu Santo. Tiempo para recordar lo importante que es el Espíriitu Santo para todos y cada uno de los cristianos. Sin Él es imposible hacer nada,. Es imposible, sobre todo, amar como Cristo nos ama.
¿Cuantas dimensiones de nuestra fe se nos hacen cuesta arriba?¿No será porque no le pedimos luz y amor al Espiritu de Cristo? No nos cansemos de pedirle que venga sobre nosotros y nos haga vivir la vida en Cristo, y disponibles a su llamada.