P. Guillermo Fernandez. En esta ocasión nos recuerda la historia aquella en que san Francisco hablaba con el hermano León sobre la verdadera alegria, que nada tenia que ver con la conversión de todos los pecadores del mundo, ni con el ingreso de todos los doctores de París en la orden franciscana. La verdadera alegria sería ser rechazados por todos y aceptarlo con alegría por parecercernos a Cristo en su cruz..
La verdadera alegria no se da con el triunfo o con que todo nos salga bien, sino en estar unidos a Cristo, incluso en la cruz de cada día. Esta será la verdera alegria, la que nos da Dios y el mundo no nos podrá quitar nunca.