P. Alfonso del Río. Cuentan de una oveja que quiso conocer todo lo posible de Dios, y fue por el mundo preguntando ¿Quién es Dios? a un soldado, un pobre, un almendro, una casa, un roble,.... Después de escuchar a todos, y para no olvidar las respuestas, fue grabando en su memoria todos los encuentros, pero sucedio que entonces apareció el pastor, y se la cargo sobre sus hombros, entonces descubrió que todo lo que le habían dicho de Dios lo tenía su pastor.
Pensemos en aquelo 'El Señor es mi pastor, nada me falta' y que por el bautismo hemos sido incorporados al gran rebaño de Cristo que es la Iglesia, y que debemos salir a buscar a esas ovejas que aún no han encontrado al Buen Pastor.