P. Alfonso del Río. Hoy el padre Alfonso nos cuenta la historia de un árbol y un niño que crecieron juntos, pero mientras el árbol se fue desprendiendo de frutos, ramas, tronco y hasta el tocón último que le restaba, el niño, que después fue joven, luego un hombre y por último un viejo, nunca fue capaz de agradecer al arbol su tremendo amor, que por verle feliz se fue desprendiendo de todo.
Jesús irá a Jerusalén, apasionado para darsenos a corazón abierto, por compartir con nosotros su vida en el Cielo. A quien tanto nos ama convendría pagarle con la misma moneda, y no como el niño de la historia.