P. Guillermo Fernández. Nos recuerda el padre una anecdota ocurrida en el seminario, cuando un seminarista llevó una pecera con un pequeño pez para enseñar que ocurre con nosotros si nos salimos de la Iglesia. Nos pasa como al pez fuera de la pecera, parece que estamos más libres, sin las ataduras de la pecera, damos saltos al creernos libres de las ataduras, de las normas y los mandamientos, pero realmente nos hemos quedado sin el aire que es la gracia santificante.
Realmente, la gente, cuando no conoce el Amor de Dios acaba muriendo a la gracia. Los cristianos necesitamos estar dentro de la Iglesia rodeados del 'agua' de la gracia de los sacramentos