El relato de hoy quiere poner de manifiesto que somos capaces de sacrificar lo más valioso para nosotros y nuestras vidas con tal de intentar sacar cualquier provecho material, y nos cuenta como el mismo Cristo nos lo poine de manifiesto en Su parábola del Dueño de la viña que fue enviando mensajeros a los que se la habían arrendado, y acabo enviando a Su propio Hijo, al que al final mataron, también.
Es una historia que se repite una y otra vez a lo largo de la historia, porque el hombre piensa que Dios es un aguafiestas que nos corta nuestra libertad. Dejemos que el Hijo del Dueño entre en nuestras vidas