Viernes Santo. Este año ha sido año de ofrecer al Señor nuestra pena porque el clima no nos ha acompañado para que las procesiones saliesen a la calle.
Estos días son especialmente Santos, independientemente de la climatología, porque en ellos podemos meditar como el Inocente carga con los pecados del mundo por amor a los hombres. En la meditación del Via Crucis convirtamos nuestra pena en la alegria de la Resurrección.