Por tanto, hijito mío, prefiere estar en la cruz a estar al pie de la misma; prefiere agonizar con Jesús en el huerto que compadecerlo, porque aquello te asemeja más al divino Prototipo. ¿En qué circunstancia puedes hacer actos de unión inquebrantable de tu corazón y de tu espíritu a la santa voluntad de Dios, de mortificación del yo y de amor en tu crucifixión, si no es en los asaltos desabridos y rigurosos que te vienen de nuestros enemigos? (Padre Pío)
Amar la Cruz
Programa correspondiente al domingo 15 de septiembre de 2024. Se celebra el Domingo XXIV del Tiempo Ordinario y la Jornada Mundial del Turismo. En la segunda parte del programa, el padre Juan Ignacio Merino habla con la hermana Paula del Monasterio de Armenteira, en Pontevedra, un lugar de descanso, lleno de belleza, de oración y de paz donde la Orden del Císter acoge a peregrinos, viajantes y necesitados de paz y sosiego.
Gian Luca Loperfido, sacerdote de misión en Bélgica, nos cuenta su experiencia con el P. Pío, dos aspectos que le han ayudado en su vida: el amor a la Eucaristía y la caridad.
No busques evitar con ansiedad los accidentes de esta vida; evítalos con una perfecta esperanza de que, conforme nos vayan viniendo, Dios, a quien perteneces, te librará de ellos.
Él te ha defendido hasta el presente, basta que te mantengas bien asida a la mano de su providencia y Él te asistirá en todo momento. (Padre Pío)
El Padre Pío nos enseña que el sufrimiento es un camino que me lleva al cielo. Abraza, acepta y ofrece.
Hoy comenzamos el programa con el análisis de la meditación que leíamos la semana pasada y que corresponde a la escrita el 7 de abril de 1938 y lleva por título “¡Qué bien se vive junto a la Cruz de Cristo!”.
Cabe destacar como empieza la meditación: “A los pies de la cruz dame paciencia, humildad y mansedumbre”, virtudes para gran provecho en la vida trapense, porque, igual que en el mundo los hombres nos son perfectos, también en el monasterio ocurren episodios desagradables como nos narra el Hno. Rafael sobre el desprecio de un hermano, y cuanto le costó vencerse. Solo desde la Cruz, Jesús le enseñó que se ha de perdonar. Antes de tomar decisiones en la vida, miremos a la Cruz y meditemos en la Pasión de Cristo.
En la segunda parte continuamos con el análisis. Ahora, el Hno. Rafael llama la atención sobre aquellas personas que se desesperan en el dolor y no entienden ese dolor en clave de Redención unidos a Jesús en su cruz. Si nos unimos a Cristo seremos capaces de decir con Rafael “¡Qué bien se vive junto a la Cruz de Cristo!”. Así seremos mansos y seremos capaces de mostrar nuestro lado amable a los que nos desprecian. Quizás Cristo nos esté llamando a sufrir, en silencio, con Él, ¿Cuál es nuestra respuesta?
Termina la meditación con una invocación a la Virgen María para que lo ayude en su respuesta al Amor de Dios.
La oración final del Hno. Rafael será en esta ocasión “Ayúdame a servirte, amando mi propia flaqueza”.
Continuamos con la meditación comenzada la semana pasada con el escrito de fecha 3 de abril de 1938 “¿Cómo saborear la Cruz? Dice el Hno. Rafael que el mundo no encuentra la felicidad en la cruz porque no la ama, para ser feliz hay que saber sufrir y amar este sufrimiento, estando al lado de Jesús en su camino de dolor, y ese camino es el de la humildad y la postración.
En la segunda parte veremos la meditación de fecha 7 de abril de 1938 y titulada “¡Qué bien se vive junto a la Cruz de Cristo!” En esta ocasión el Hno. Rafael pide a Jesús paciencia, humildad y mansedumbre para vencerse cuando los hermanos nos ofenden, porque solo viendo a Jesús en la Cruz podemos recibir humillaciones y menosprecios.
Seguimos, en este tiempo de Pascua, con el comentario a la carta leída en el programa anterior, de fecha 27 de diciembre de 1935. Cabe destacar, en este programa, y muy especialmente, la necesidad que las almas religiosas sienten unas de otras para poder seguir el camino de la santidad, para, a continuación hablar de la importancia del silencio, y de que, aunque se viva fuera de un convento o monasterio, se vive y se goza amando a Dios, porque amar a Dios no es exclusivo de las almas contemplativas. En ese aspecto es muy importante tener en cuenta que cuando celebramos en la iglesia alguna cosa no es por hacer fiesta, es por un motivo muy especial, en Navidad nace Dios, y en Semana Santa muere y resucita.
Por otro lado, vemos al Hno. Rafael sintiéndose un privilegiado por haber recibido un corazón capaz de amar a Dios a pesar de tantas miserias como tiene.
La oración final del Hno. Rafael tiene por título “Amar la Cruz”
Por tanto, hijito mío, prefiere estar en la cruz a estar al pie de la misma; prefiere agonizar con Jesús en el huerto que compadecerlo, porque aquello te asemeja más al divino Prototipo. ¿En qué circunstancia puedes hacer actos de unión inquebrantable de tu corazón y de tu espíritu a la santa voluntad de Dios, de mortificación del yo y de amor en tu crucifixión, si no es en los asaltos desabridos y rigurosos que te vienen de nuestros enemigos? (Padre Pío)
Programa correspondiente al domingo 15 de septiembre de 2024. Se celebra el Domingo XXIV del Tiempo Ordinario y la Jornada Mundial del Turismo. En la segunda parte del programa, el padre Juan Ignacio Merino habla con la hermana Paula del Monasterio de Armenteira, en Pontevedra, un lugar de descanso, lleno de belleza, de oración y de paz donde la Orden del Císter acoge a peregrinos, viajantes y necesitados de paz y sosiego.
Gian Luca Loperfido, sacerdote de misión en Bélgica, nos cuenta su experiencia con el P. Pío, dos aspectos que le han ayudado en su vida: el amor a la Eucaristía y la caridad.
No busques evitar con ansiedad los accidentes de esta vida; evítalos con una perfecta esperanza de que, conforme nos vayan viniendo, Dios, a quien perteneces, te librará de ellos.
Él te ha defendido hasta el presente, basta que te mantengas bien asida a la mano de su providencia y Él te asistirá en todo momento. (Padre Pío)
El Padre Pío nos enseña que el sufrimiento es un camino que me lleva al cielo. Abraza, acepta y ofrece.
Hoy comenzamos el programa con el análisis de la meditación que leíamos la semana pasada y que corresponde a la escrita el 7 de abril de 1938 y lleva por título “¡Qué bien se vive junto a la Cruz de Cristo!”.
Cabe destacar como empieza la meditación: “A los pies de la cruz dame paciencia, humildad y mansedumbre”, virtudes para gran provecho en la vida trapense, porque, igual que en el mundo los hombres nos son perfectos, también en el monasterio ocurren episodios desagradables como nos narra el Hno. Rafael sobre el desprecio de un hermano, y cuanto le costó vencerse. Solo desde la Cruz, Jesús le enseñó que se ha de perdonar. Antes de tomar decisiones en la vida, miremos a la Cruz y meditemos en la Pasión de Cristo.
En la segunda parte continuamos con el análisis. Ahora, el Hno. Rafael llama la atención sobre aquellas personas que se desesperan en el dolor y no entienden ese dolor en clave de Redención unidos a Jesús en su cruz. Si nos unimos a Cristo seremos capaces de decir con Rafael “¡Qué bien se vive junto a la Cruz de Cristo!”. Así seremos mansos y seremos capaces de mostrar nuestro lado amable a los que nos desprecian. Quizás Cristo nos esté llamando a sufrir, en silencio, con Él, ¿Cuál es nuestra respuesta?
Termina la meditación con una invocación a la Virgen María para que lo ayude en su respuesta al Amor de Dios.
La oración final del Hno. Rafael será en esta ocasión “Ayúdame a servirte, amando mi propia flaqueza”.
Continuamos con la meditación comenzada la semana pasada con el escrito de fecha 3 de abril de 1938 “¿Cómo saborear la Cruz? Dice el Hno. Rafael que el mundo no encuentra la felicidad en la cruz porque no la ama, para ser feliz hay que saber sufrir y amar este sufrimiento, estando al lado de Jesús en su camino de dolor, y ese camino es el de la humildad y la postración.
En la segunda parte veremos la meditación de fecha 7 de abril de 1938 y titulada “¡Qué bien se vive junto a la Cruz de Cristo!” En esta ocasión el Hno. Rafael pide a Jesús paciencia, humildad y mansedumbre para vencerse cuando los hermanos nos ofenden, porque solo viendo a Jesús en la Cruz podemos recibir humillaciones y menosprecios.
Seguimos, en este tiempo de Pascua, con el comentario a la carta leída en el programa anterior, de fecha 27 de diciembre de 1935. Cabe destacar, en este programa, y muy especialmente, la necesidad que las almas religiosas sienten unas de otras para poder seguir el camino de la santidad, para, a continuación hablar de la importancia del silencio, y de que, aunque se viva fuera de un convento o monasterio, se vive y se goza amando a Dios, porque amar a Dios no es exclusivo de las almas contemplativas. En ese aspecto es muy importante tener en cuenta que cuando celebramos en la iglesia alguna cosa no es por hacer fiesta, es por un motivo muy especial, en Navidad nace Dios, y en Semana Santa muere y resucita.
Por otro lado, vemos al Hno. Rafael sintiéndose un privilegiado por haber recibido un corazón capaz de amar a Dios a pesar de tantas miserias como tiene.
La oración final del Hno. Rafael tiene por título “Amar la Cruz”