Flaquezas

El padre Pío, en el umbral del paraíso 03/09/23

Tengamos el pensamiento orientado continuamente hacia el cielo, nuestra verdadera patria, del que la tierra no es más que imagen, conservando la serenidad y la calma en todos los sucesos, sean alegres o tristes, como corresponde a un cristiano, y más a un alma formada con especial cuidado en la escuela del dolor. En todo esto te estimulen siempre los motivos que da la fe y los ánimos de la esperanza cristiana; y, comportándote así, el Padre del cielo endulzará la amargura de la prueba con el bálsamo de su bondad y de su misericordia. Y es a esta bondad y misericordia del Padre celestial a la que el piadoso y benéfico ángel de la fe nos invita y nos urge a recurrir con una oración insistente y humilde, teniendo la firme esperanza de ser escuchados, porque confiamos en la promesa que nos hace el Maestro divino: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá… Porque todo lo que pidáis al Padre en mi nombre se os dará». (Padre Pío)

Solo Dios: el hermano Rafael 10/02/20

Hoy leeremos una extensa carta de fecha 20 de diciembre de 1935, y dirigida a su tía María. En esta carta cuenta a su tía lo mal que corresponde a los regalos del Señor, que se cansa de la oración, que no sale de la Eucaristía sin sentir nada, pero entiende que debe vivir con sus flaquezas para aprender a ser humilde, porque es muy bonito hacer heroicidades cuando es un deseo propio, pero que mal se viven cuando es Voluntad de Dios. Mi amor a Dios, prosigue el Hno. Rafael en su carta a su tía, es tan pequeño, que me siento tan pequeño, tan nada, que no me entiendo, pero Dios si me entiende y me quiere a pesar de mi nada. Al final creemos, continua Rafael, que para ser santos necesitamos hacer muchas cosas, pero no es así, El Señor nos irá diciendo que sólo hay un camino, Dios mismo, amándole como podamos, de esta manera seremos santos por amor.

El padre Pío, en el umbral del paraíso 03/09/23

Tengamos el pensamiento orientado continuamente hacia el cielo, nuestra verdadera patria, del que la tierra no es más que imagen, conservando la serenidad y la calma en todos los sucesos, sean alegres o tristes, como corresponde a un cristiano, y más a un alma formada con especial cuidado en la escuela del dolor. En todo esto te estimulen siempre los motivos que da la fe y los ánimos de la esperanza cristiana; y, comportándote así, el Padre del cielo endulzará la amargura de la prueba con el bálsamo de su bondad y de su misericordia. Y es a esta bondad y misericordia del Padre celestial a la que el piadoso y benéfico ángel de la fe nos invita y nos urge a recurrir con una oración insistente y humilde, teniendo la firme esperanza de ser escuchados, porque confiamos en la promesa que nos hace el Maestro divino: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá… Porque todo lo que pidáis al Padre en mi nombre se os dará». (Padre Pío)

Solo Dios: el hermano Rafael 10/02/20

Hoy leeremos una extensa carta de fecha 20 de diciembre de 1935, y dirigida a su tía María. En esta carta cuenta a su tía lo mal que corresponde a los regalos del Señor, que se cansa de la oración, que no sale de la Eucaristía sin sentir nada, pero entiende que debe vivir con sus flaquezas para aprender a ser humilde, porque es muy bonito hacer heroicidades cuando es un deseo propio, pero que mal se viven cuando es Voluntad de Dios. Mi amor a Dios, prosigue el Hno. Rafael en su carta a su tía, es tan pequeño, que me siento tan pequeño, tan nada, que no me entiendo, pero Dios si me entiende y me quiere a pesar de mi nada. Al final creemos, continua Rafael, que para ser santos necesitamos hacer muchas cosas, pero no es así, El Señor nos irá diciendo que sólo hay un camino, Dios mismo, amándole como podamos, de esta manera seremos santos por amor.