DINASTÍA DE JEHÚ EN ISRAEL:
El profeta Eliseo envía a uno de sus discípulos a Ramot-Galaad para ungir a Jehú, en nombre el Señor, como rey de Israel, cumpliendo así la orden que Dios había dado a su maestro Elías. El Señor anuncia la muerte de toda la casa de Ajab. Jehú, una vez ungido rey de Israel, se conjura contra el rey Joram que había vuelto a Yizreel para curarse de las heridas que le habían causado los sirios cuando combatía contra Jazael, rey de Siria. Joram, rey de Israel y Ocozías, rey de Judá van al encuentro de Jehú y Jehú acaba con la vida de ambos. Después Jehú acaba también con la vida de Jezabel.
Tierra prometida
MUERTE DE JEHÚ, REY DE ISRAEL:
Después de acabar con las vidas Joram, Ocozías y Jezabel, Jehú borra toda huella de la familia de Joram, designada como Ajab, toda huella de la familia de Ocozías y, finalmente, toda huella de los profetas y seguidores de Baal apoyados por Jezabel. Pero Jehú, una vez que extirpó de Israel a Baal, siguió adorando a los becerros de oro que había en Betel y en Dan. De ahí que el reinado de Jehú se valore negativamente y que los reveses que Jehú sufre frente a los enemigos exteriores sean presentados como castigo de Dios a Israel.
MUERTE DE BEN-HADAD, REY DE SIRIA Y REINADO DE JAZAEL:
Eliseo anuncia siete años de hambre en Israel y le dice a la mujer sunamita, cuyo hijo había resucitado, que emigre al país de los filisteos con su familia y no regrese hasta que acabe la hambruna. Por otra parte, el rey de Siria envía a Jazael, uno de su familia, a preguntar a Eliseo si sanará de su enfermedad. Eliseo le dice a Jazael que sí sanará de esa enfermedad pero que morirá y, al día siguiente, Jazael le asesina reinando en su lugar. El autor sagrado interrumpe la historia de Eliseo y retorna a la de los reyes de Judá que había dejado en I Reyes 22,41-51. Primero sube al trono del rey Joram y más tarde Ocozías. Ambos reyes fueron los causantes de que Judá volviera a practicar de nuevo la idolatría y el sincretismo religioso, pero, a pesar de todo, siguen siendo el eslabón que lleva adelante la sucesión davídica.
DERROTA DEL EJÉRCITO SIRIO:
Ben-Hadad, rey de Siria, reúne a todo su ejército y sube a sitiar Samaría. Debido a la falta de provisiones, los precios se disparan y la población muere de hambre. Joram, rey de Israel, culpa a Eliseo de todo lo ocurrido y quiere matarle, pero Eliseo anuncia que al día siguiente los precios bajarán y que se acabará el hambre. Al día siguiente, el ejército sirio escucha el ruido de carros, de caballos y de un gran ejército y huye dejando todas sus pertenencias en el campamento, por lo que efectivamente se cumple la palabra del profeta Eliseo.
TODAVÍA MÁS MILAGROS DE ELISEO:
Eliseo continúa haciendo milagros. En este programa veremos cómo recupera un hacha del rio Jordán arrojando un palo y haciendo que flote el hacha. Israel y Siria continúan con su guerra. Eliseo no sólo predice las victorias y derrotas, como era habitual en los profetas, sino que da muestras de poseer un conocimiento sobrehumano tanto de los planes de los hombres como de los del mismo Dios.
MÁS MILAGROS DE ELISEO:
Continuamos en este programa con los milagros realizados por Eliseo. Hoy veremos cómo Eliseo, sirviéndose de harina, cambia la naturaleza de unos frutos silvestres venenosos en comestibles; cómo alimenta a cien hombres con veinte panes; y cómo ordena a Naamán el sirio lavarse siete veces en el Jordán para sanar de la lepra.
MILAGROS DE ELISEO:
Continuamos ahora con la narración de una serie de milagros y profecías realizados por Eliseo. Tanto los milagros como las profecías traspasan el ámbito de Israel y de los israelitas, mostrando así que el Dios de Israel es el único y verdadero Dios, Señor de todos los pueblos. Hoy veremos cómo Eliseo socorre a una viuda y a su familia de su acreedor que está a punto de llevarse a sus hijos como esclavos; y cómo recompensa la hospitalidad de un matrimonio de Sunem que le hospeda en su casa.
ELISEO SUCESOR DE ELÍAS:
Eliseo, como sucesor de Elías, comienza sus primeros milagros. En Jericó sana las aguas para saciar la sed de sus habitantes y poder regar los campos, acabando así con la esterilidad y muerte que provoca la sequía. Por otra parte, los reyes de Israel y de Judá se unen para luchar contra el rey de Moab. Conducen su ejército por el desierto de Edom para atacar a los moabitas por la espalda, rodeando el Mar Muerto por el sur donde no había agua. Ante la escasez de agua, el rey de Judá acude a Eliseo en busca de ayuda y Eliseo hace brotar agua y anuncia la victoria.
ELÍAS Y EL REY OCOZÍAS:
En este programa comenzamos con el segundo libro de los Reyes. El relato bíblico se fija de nuevo en el profeta Elías cuya actividad había quedado interrumpida en el capítulo 21 del primer libro de los Reyes. La figura de Elías va a ceder paso a la del profeta Eliseo, que veremos ya en el próximo programa y que será el protagonista de la primera parte del segundo libro de los Reyes. Elías proclama ahora un oráculo de condena contra el rey Ocozías por haber creído y consultado a dioses extraños en vez de la Palabra de Dios proclamada a través de sus profetas.
Muerte de Ajab:
Habían pasado tres años sin guerra, pero los sirios no habían cumplido su promesa de devolver a Israel la ciudad de Ramot-Galaad. Ajab decide apoderarse de ella por la fuerza con la ayuda de Josafat, rey de Judá, con el que había emparentado y con el que estaba en paz. El interés del pasaje no está centrado tanto en el hecho militar, que fue un fracaso, como en mostrar la forma en que el Señor va guiando los acontecimientos a través de su palabra dada por medio de sus profetas. Finalmente, Ajab muere en la guerra contra Siria, como le había predicho el profeta Miqueas, y su hijo Ocozías le sucede en el trono.
DINASTÍA DE JEHÚ EN ISRAEL:
El profeta Eliseo envía a uno de sus discípulos a Ramot-Galaad para ungir a Jehú, en nombre el Señor, como rey de Israel, cumpliendo así la orden que Dios había dado a su maestro Elías. El Señor anuncia la muerte de toda la casa de Ajab. Jehú, una vez ungido rey de Israel, se conjura contra el rey Joram que había vuelto a Yizreel para curarse de las heridas que le habían causado los sirios cuando combatía contra Jazael, rey de Siria. Joram, rey de Israel y Ocozías, rey de Judá van al encuentro de Jehú y Jehú acaba con la vida de ambos. Después Jehú acaba también con la vida de Jezabel.
MUERTE DE JEHÚ, REY DE ISRAEL:
Después de acabar con las vidas Joram, Ocozías y Jezabel, Jehú borra toda huella de la familia de Joram, designada como Ajab, toda huella de la familia de Ocozías y, finalmente, toda huella de los profetas y seguidores de Baal apoyados por Jezabel. Pero Jehú, una vez que extirpó de Israel a Baal, siguió adorando a los becerros de oro que había en Betel y en Dan. De ahí que el reinado de Jehú se valore negativamente y que los reveses que Jehú sufre frente a los enemigos exteriores sean presentados como castigo de Dios a Israel.
MUERTE DE BEN-HADAD, REY DE SIRIA Y REINADO DE JAZAEL:
Eliseo anuncia siete años de hambre en Israel y le dice a la mujer sunamita, cuyo hijo había resucitado, que emigre al país de los filisteos con su familia y no regrese hasta que acabe la hambruna. Por otra parte, el rey de Siria envía a Jazael, uno de su familia, a preguntar a Eliseo si sanará de su enfermedad. Eliseo le dice a Jazael que sí sanará de esa enfermedad pero que morirá y, al día siguiente, Jazael le asesina reinando en su lugar. El autor sagrado interrumpe la historia de Eliseo y retorna a la de los reyes de Judá que había dejado en I Reyes 22,41-51. Primero sube al trono del rey Joram y más tarde Ocozías. Ambos reyes fueron los causantes de que Judá volviera a practicar de nuevo la idolatría y el sincretismo religioso, pero, a pesar de todo, siguen siendo el eslabón que lleva adelante la sucesión davídica.
DERROTA DEL EJÉRCITO SIRIO:
Ben-Hadad, rey de Siria, reúne a todo su ejército y sube a sitiar Samaría. Debido a la falta de provisiones, los precios se disparan y la población muere de hambre. Joram, rey de Israel, culpa a Eliseo de todo lo ocurrido y quiere matarle, pero Eliseo anuncia que al día siguiente los precios bajarán y que se acabará el hambre. Al día siguiente, el ejército sirio escucha el ruido de carros, de caballos y de un gran ejército y huye dejando todas sus pertenencias en el campamento, por lo que efectivamente se cumple la palabra del profeta Eliseo.
TODAVÍA MÁS MILAGROS DE ELISEO:
Eliseo continúa haciendo milagros. En este programa veremos cómo recupera un hacha del rio Jordán arrojando un palo y haciendo que flote el hacha. Israel y Siria continúan con su guerra. Eliseo no sólo predice las victorias y derrotas, como era habitual en los profetas, sino que da muestras de poseer un conocimiento sobrehumano tanto de los planes de los hombres como de los del mismo Dios.
MÁS MILAGROS DE ELISEO:
Continuamos en este programa con los milagros realizados por Eliseo. Hoy veremos cómo Eliseo, sirviéndose de harina, cambia la naturaleza de unos frutos silvestres venenosos en comestibles; cómo alimenta a cien hombres con veinte panes; y cómo ordena a Naamán el sirio lavarse siete veces en el Jordán para sanar de la lepra.
MILAGROS DE ELISEO:
Continuamos ahora con la narración de una serie de milagros y profecías realizados por Eliseo. Tanto los milagros como las profecías traspasan el ámbito de Israel y de los israelitas, mostrando así que el Dios de Israel es el único y verdadero Dios, Señor de todos los pueblos. Hoy veremos cómo Eliseo socorre a una viuda y a su familia de su acreedor que está a punto de llevarse a sus hijos como esclavos; y cómo recompensa la hospitalidad de un matrimonio de Sunem que le hospeda en su casa.
ELISEO SUCESOR DE ELÍAS:
Eliseo, como sucesor de Elías, comienza sus primeros milagros. En Jericó sana las aguas para saciar la sed de sus habitantes y poder regar los campos, acabando así con la esterilidad y muerte que provoca la sequía. Por otra parte, los reyes de Israel y de Judá se unen para luchar contra el rey de Moab. Conducen su ejército por el desierto de Edom para atacar a los moabitas por la espalda, rodeando el Mar Muerto por el sur donde no había agua. Ante la escasez de agua, el rey de Judá acude a Eliseo en busca de ayuda y Eliseo hace brotar agua y anuncia la victoria.
ELÍAS Y EL REY OCOZÍAS:
En este programa comenzamos con el segundo libro de los Reyes. El relato bíblico se fija de nuevo en el profeta Elías cuya actividad había quedado interrumpida en el capítulo 21 del primer libro de los Reyes. La figura de Elías va a ceder paso a la del profeta Eliseo, que veremos ya en el próximo programa y que será el protagonista de la primera parte del segundo libro de los Reyes. Elías proclama ahora un oráculo de condena contra el rey Ocozías por haber creído y consultado a dioses extraños en vez de la Palabra de Dios proclamada a través de sus profetas.
Muerte de Ajab:
Habían pasado tres años sin guerra, pero los sirios no habían cumplido su promesa de devolver a Israel la ciudad de Ramot-Galaad. Ajab decide apoderarse de ella por la fuerza con la ayuda de Josafat, rey de Judá, con el que había emparentado y con el que estaba en paz. El interés del pasaje no está centrado tanto en el hecho militar, que fue un fracaso, como en mostrar la forma en que el Señor va guiando los acontecimientos a través de su palabra dada por medio de sus profetas. Finalmente, Ajab muere en la guerra contra Siria, como le había predicho el profeta Miqueas, y su hijo Ocozías le sucede en el trono.