REINADO DE ABIAM Y DE ASÁ EN JUDÁ:
Tras la muerte de Roboam, hijo de Salomón, sube al trono Abiam, hijo de Roboam y nieto de Salomón. Abiam continuó con todos los pecados que su padre había cometido antes que él y su corazón no fue obediente al Señor, su Dios, como lo había sido el corazón de David. Pero en atención a David, Dios le otorgó un descendiente. Abiam reinó solo tres años y, tras su muerte, subió al trono su hijo Asá, quien reinará cuarenta y un años en Jerusalén. Asá, al igual que David, hizo lo agradable a los ojos del Señor. Hizo desaparecer los hieródulos del país y quitó todos los ídolos que habían fabricado sus padres. Con el rey Asá vuelve a renacer en Judá la fidelidad al Señor y se introduce un rayo de esperanza, aunque no destruyó los santuarios e hizo alianza con el rey de Siria para luchar contra el reino de Israel.