El cuarto de los Dones del Espíritu Santo nos hace acertar en nuestras decisiones con mucha mayor claridad y rapidez que nuestra prudencia. Ser prudentes está bien, pero, como veremos en la vida del Cura de Ars, en el testimonio de estos jóvenes que estarán con nosotros y en la Sagrada Escritura, "el buen juicio es fuente de vida para quien lo posee" (Prv 16).