Después del enfrentamiento con los fariseos y los herodianos, Jesús tuvo un encuentro con los saduceos, quienes negaban que hubiera otra vida fuera de la que se vive aquí y ridiculizaban la idea de la resurrección. Para ponerlo a prueba, le presentan un caso singular de “ley del levirato” para que exponga su parecer. Jesús va a responder con total clarividencia afirmando una vez más el poder de Dios y el don de la resurrección que otorga y realiza en el ser humano. El diálogo que tiene con un escriba de buen corazón le sirve a Jesús para subrayar el mandamiento principal de la Ley, y a continuación realizar una dura crítica al comportamiento de los escribas poniendo en evidencia su hipocresía y su codicia.