Hoy comentaremos la meditación de fecha de 30 de diciembre de 1936 y titulada “Laudate Dominum omnes gentes. Alabad al Señor todas las gentes”. El Hno. Rafael comienza la meditación contándonos el gran sacrificio que es para él madrugar, y más en estas fechas en que el frío es grande, pero que lo hace feliz porque le espera Dios. Es la lucha del alma por vencerse porque, a pesar de todo, es Dios el que llama y espera. Continua el Señor con un detalle precioso.
¡Qué largo es el camino para llegar ante Jesús en el Sagrario! Cuanto bien hace al mundo esa oración de los contemplativos de madrugada, cuando algunos duermen, pero otros ofenden a Dios. Pero no todo es consuelo y devoción, a veces, en el mundo, tenemos tropiezos y caídas. Hagamos oración, también, por las almas contemplativas que oran por nosotros.
Terminamos con la oración del Hno. Rafael titulada “Quien soy para atreverme a tanto”·